Especial Vertele

Ya hemos visto 'Las Campos 2': te contamos por qué se convierten en el nuevo 'Sexo en NY'

Ya hemos visto 'Las Campos 2': te contamos por qué se convierten en el nuevo 'Sexo en NY'

Por Paula HergarPaula Hergar

Esta mañana Vertele ha estado presente en un visionado de la segunda entrega de 'Las Campos'. Tras el exitoso estreno- 18.6% y 2.361.000 espectadores- este nuevo capítulo será la confirmación de la buena acogida (o no) del reality.

Nosotros ya hemos visto el programa y podemos decir que, si gustó el anterior, este lo supera. Y a quienes no convencieron con el primero, deberían darle otra oportunidad esta noche, ya que La Fábrica de la Tele ha logrado un producto mucho más entretenido y redondo. Se palpa que se están encontrando con el formato que no sabían que buscaban: una especie de reality seriado con sus personajes, sus tramas y su género particular.

No está de más decir que este segundo programa se ha grabado con una María Teresa y Terelu Campos que ya habían visto el primero y las reacciones pertinentes. Por ello, las protagonistas están mucho más situadas y cómodas en su reality. Conocedoras del éxito que han generado sus confesiones, miserias y lujos, ya no están tan encorsetadas, ni pudorosas. Todo lo contrario, Terelu se deja grabar en momentos íntimos y poco glamourosos que nunca hubiéramos imaginado antes.

Un nuevo género se está cociendo (si renuevan el programa) y este segundo capítulo - que gira entorno al precio de la fama- lo confirma. Nunca pensé que diría (ni vería) esto, pero 'Las Campos' han logrado hacer un mix de 'Sexo en Nueva York', 'Modern Family' y 'House' que funciona. Te explicamos cómo lo han logrado:

Dos generaciones de 'Sexo en Nueva York' a la española

Como si de Carrie Bradshaw y su obsesión con los zapatos se tratara, el estreno de 'Las Campos' estuvo protagonizado por Terelu y su obsesión por la comida. Pero en este segundo capítulo ya entran en plano las amigas que tan importantes eran en 'Sexo en Nueva York'.

En el caso del reality, tanto María Teresa como Terelu mostrarán a su “séquito” en el que algunas de ellas ya se postulan como las nuevas Samantha, Charlotte o Miranda. Y como cada protagonista tiene su grupo de amigas, vemos cómo se divierten las dos generaciones.

Los hombres siempre tienen un papel secundario en 'Sexo en Nueva York'

Muchos de los actores que aparecieron en la serie de HBO confesaron que cuando les llamaban para actuar en la ficción sabían que siempre tendrían un papel secundario, porque las protagonistas eran las mujeres.

Lo mismo ocurre en 'Las Campos' que, tienen a Bigote Arrocet (como su propio Mr. Big) con un interés que crece en la segunda entrega, pero siempre en un nivel más discreto que ellas. Esperamos descubrir a más hombres en sus vidas - sobre todo en la de la hija- observarla cuando salga a coquetear, teniendo primeras citas (comiendo en restaurantes, por supuesto) y hasta rompiendo con ellos.

Mujeres trabajadoras e independientes

Si algo demostró 'Sexo en Nueva York' es que las mujeres podemos ser independientes y felices. Nuestro trabajo nos puede llenar lo suficiente (tanto intelectual como económicamente) como para no necesitar la compañía masculina que siempre nos han inculcado como imprescindible.

Y eso también nos “enseñan” 'Las Campos', preocupadas por su oficio, por la fama que conlleva y las alegrías que les aporta. Vemos a ambas en sus puestos de trabajo, con sus compañeros, el antes y el después de lo que hacen y siempre satisfechas por poder vivir de lo que les gusta.

El ocio de las protagonistas

Así como las protagonistas de 'Sexo en Nueva York' mostraban las decenas de hobbies que podían copar la vida de una mujer, María Teresa y, sobre todo, Terelu también harán un despliegue de sus pasiones o capacidades para entretenerse.

Siempre perfectas por fuera, lo de dentro es otra historia

Nunca (o en escasísimas ocasiones) vimos a una Carrie o una Samantha sin arreglar. De hecho, ellas eran el glamour de Manhattan, hasta tal punto que se convirtieron en las primeras it girls del siglo XX. Se contoneaban por las calles de Nueva York “pisoteando” a chicas más jóvenes que ellas que no tenían el estilo y buen gusto que les otorga la edad.

Así se muestran las protagonistas de nuestro reality, siempre arregladas, peinadas, vestidas y a punto para cualquier sesión fotográfica (sea pactada o robada). ¿Eso le quita veracidad al reality? Quizá sí, pero... ¿quién prefiere realidad cuando se puede soñar con la ficción?

¡Qué disfruten de este segundo capítulo con un Cosmopolitan en el sofá (y unos churros en la mesa)!

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