Hizo frente al embargo

Concha Velasco, arruinada para evitar perder su casa

Concha Velasco, arruinada para evitar perder su casa

Concha Velasco está arruinada y ha estado a punto de perder su casa por un embargo. Esta sorprendente y triste noticia fue ayer desvelada por La mañana de La 1, adelantando la exclusiva que publicará la revista ‘Lecturas’ esta semana.

Según se comentó en el mismo programa, la famosa actriz ha tenido que “tirar” de su plan de pensiones para reunir los 50.000 euros que le pedían y evitar quedarse en la calle.

Esta deuda es una consecuencia de la mala gestión de su exmarido y productor Paco Marsó, que falleció hace dos años tras llevar ya separados más de cinco. La actriz, que vive un buen momento profesional en Gran Hotel, no logra que su vida personal le proporcione las mismas alegrías, tras confirmar ella misma que estuvo a punto de suicidarse hace unos años.

Ha pagado los 50.000 € con su plan de pensiones, pero sus cuentas están a cero

Esta situación no es fácil para Concha Velasco, que ya perdió el chalet de La Moraleja donde vivió durante años a causa de las deudas contraídas por Marsó. Tiempo después después, también perdió su piso en el centro de Madrid, que fue embargado por el mismo motivo.

Hace unos años, ya separada de Marsó, Concha Velasco compró un pequeño piso en el barrio de Sanchinarro de Madrid cuya hipoteca ha ido pagando puntualmente. Ahora, ha estado a punto de perder la casa a causa de una deuda de 50.000 euros que ha tenido que afrontar con su plan de pensiones pero que ha dejado las cuentas de la actriz a cero.

Sólo le quedan 6.000 euros, que guarda “para su funeral”

Según ha explicado la actriz a la revista 'Lecturas' se ha quedado sin nada, en la ruina, con tan sólo 6.000 euros para pagar su funeral. Una cantidad que no piensa tocar porque no quiere ser una carga para sus hijos el día de mañana.

Ver un espectáculo de Buenafuente hizo que no se suicidara hace años

La actriz reconoció hace poco que tras perder primero su casa y acabar viviendo en un hotel de la M-30 “fumando las cajetillas de cuatro en cuatro”, estuvo a punto de suicidarse: “Yo estaba metida en la cama y estaba a punto de tomarme una botella de whisky entera con todas las pastillas que tenía a mano”.

Sin embargo, algo le salvó: “Esa noche fui a ver Buenafuente y me reí tanto que me dije a mí misma: ‘Ya lo pensaré mañana'. Él me salvó la vida”, como ya recogimos.

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