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La crítica salva a Raphael y Blanca Suárez del 'caos' en 'Mi gran noche'

La crítica salva a Raphael y Blanca Suárez del 'caos' en 'Mi gran noche'

La 'gran noche' de Álex de la Iglesia ya ha llegado a los cines españoles, y a falta de conocerse los datos de recaudación en su primer fin de semana, se puede tomar el pulso a la prensa especializada.

La impresión general es la de que de la Iglesia ha realizado una comedia menor dentro de su filmografía, con un atractivo planteamiento de salida no del todo bien ejecutado y lastrado por una sensación de caos.

Las comparaciones con aquella 'Muertos de risa' que estrenara hace 16 años salen a relucir en buena parte de los textos, con la balanza a favor de esa en buena parte de los juicios. Eso sí, de forma generalizada, las intervenciones de Raphael, canibalizando su propia imagen, de Jaime Ordóñez y de una sorprendente Blanca Suárez son los puntos más destacados en las reseñas publicadas hasta el momento.

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“Comedia coral, rebosante de grandes momentos y actores en estado de gracia”

Entre los defensores de 'Mi gran noche' hallamos a Jordi Battle Caminal, que escribe en estos términos para La Vanguardia. “Aunque es una comedia coral, rebosante de grandes momentos, de actores en estado de gracia (una vez más, Terele Pávez es aparecer y crear un huracán de risas) y diálogos afinadísimos y afiladísimos, es Raphael quien se lleva el gato al agua, autoparodiándose (su personaje se llama Alphonso) con gracia inmensa y sin temor a ver su imagen resquebrajada: el cantante está ya más allá del bien y del mal y a estas alturas no ha de rendir cuentas a nadie”.

“Siempre hay un momento descomunal que la recupera de sus desiguales gags”

En esa línea positiva encontramos a Javier Ocaña (El País) y Carlos Marañón (Cinemanía). El primero reconoce que “quizás no trascienda más allá de su propio fuego, que lo tiene, a pesar de estos toques sociales sobre la generación choni del 'Gran Hermano' o los chanchullos político-empresariales, pero siempre hay un momento delirante, descomunal, que la recupera de sus desiguales gags”. El segundo elogia al bilbaíno como “cineasta español que se juega el todo por el todo en cada estreno” y resalta las sensaciones que produce, a su juicio, el filme:“Al final se sale como los personajes: aturdidos, pero con una sonrisa entre divertida y aliviada, con la confianza en los excesos del director más osado de nuestro cine renovada”.

“Lástima que la vulgaridad del microcosmos retratado afecte a las formas”

Con sentimientos encontrados tenemos a Jordi Costa, que en Fotogramas alaba la eficacia del conjunto y el guión de unos de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría “en estado de gracia”, pero lamenta que “la vulgaridad del microcosmos retratado (como le ocurrió al Fellini de 'Ginger y Fred', en 1986) afecte a las formas y que, al final, el discurso se deshilache por la vía caótica marca de la casa”; o Beatriz Martínez para El Periódico: “A De la Iglesia le gusta el circo, el espectáculo, y de algún modo sus películas terminan convirtiéndose en eso. Él suelta a sus fieras, a sus leones, pero no siempre es capaz de domarlas y conducirlas de la manera adecuada”. Esto se acusa en 'Mi gran noche', aunque “ahí está Raphael para arreglarlo. Sus momentos junto a Carlos Areces son míticos”.

“Blanca Suárez es una agradable sorpresa en un papel nada fácil”

“Sobre el guión, la simple idea de encerrar a unos personajes de entidad fantasmal como es actualmente el Especial de Fin de Año de una cadena de televisión mientras son ajenos a toda la realidad que pasa afuera, es una idea brillante, que encapsula buena parte de los problemas reales de este país”, reflexiona Roberto Morato (Imágenes de Actualidad). “La idea de microuniversos paralelos en los que se huye de la verdadera realidad es tan importante como valiosa, pero la cruel ironía es que el propio De la Iglesia parece haber caído en uno de ellos. Mientras critica esta realidad audiovisual [...] se recrea con su realización y números musicales en los que hay una clara sensación de nostalgia, incluso de deleitación de los ”buenos tiempos“ del ballet Zoom de Valerio Lazarov”. En lo positivo, alaba a Blanca Suárez, “una agradable sorpresa en un papel nada fácil”.

“Poco se diferencia de un programa de Nochevieja”

Eminentemente negativos son, por su parte, Carlos Boyero (El País) yLuis Martínez (El Mundo). Este último redunda en una de las ideas ya plasmadas por otros compañeros de profesión: “En su empeño por parodiar o simplemente interpretar un fenómeno, la película acaba transformada en el mismo objeto parodiado o interpretado. De otro modo: poco se diferencia 'Mi gran noche' de un programa de Nochevieja”.

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