Análisis Vertele

De 'GH' a 'Pesadilla': Grandes hallazgos de la telerrealidad en la última década

De 'GH' a 'Pesadilla': Grandes hallazgos de la telerrealidad en la última década

Coincidiendo con nuestra participación en la mesa redonda 'Construyendo la tele-realidad' de Urban TV, desde Vertele hemos estado reflexionando sobre la evolución de este género en las televisiones españolas en la última década -desde el nacimiento de Gran Hermano-, y estas son las conclusiones a las que hemos llegado.

Si algo ha cambiado en los últimos años, es la percepción del término “reality”. Antes era una palabra prohibida por las cadenas. Los que nos dedicamos a prensa especializada en televisión sabemos que, hasta hace poco, una cadena jamás denominaba a su programa “reality”, aunque lo fuera, sino que recurría a algún eufemismo como “programa de entretenimiento”. 'Reality' era una palabra tabú. Las televisiones renegaban de ello porque se asociaba a telebasura, a programas polémicos como GH o a talkshows como El Diario de Patricia.

'Reality' dejó de ser una palabra “tabú”

Pero esto ha cambiado en los últimos años. La palabra “reality” ha perdido la connotación negativa. Y en esto ha tenido mucho que ver Cuatro. La Sexta también, pero sobre todo Cuatro.

La cadena de Mediaset abrió el abanico del género al darse cuenta de un hecho muy importante: y es que la realidad no tenía por qué ser en directo, tal y como la conocíamos hasta entonces.

Cuatro se dio cuenta de que había muchísimos formatos de telerrealidad por el mundo, grabados, que estaban arrasando y que tenían cabida en España. Con la ventaja de que eran más económicos, que era también un aspecto muy a tener en cuenta por entonces en esa joven cadena que estaba naciendo.

Muchos pensábamos que estaban locos al apostar por los realities ficcionados, que aquí solo podían funcionar los programas en directo, con su plató y su presentador. Pero nos equivocamos. Y así es como llegaron a España un sinfín de formatos 'docu-reality' como Pekín Express, Granjero busca esposa…

Del reality show en directo al 'docu-reality', gracias a Cuatro

Así es como empezamos a perderle el miedo a la palabra 'reality' y nos acostumbramos a los programas enlatados. Los espectadores éramos 'yonquis' de la telerrealidad en directo y nos desenganchamos descubriendo que la realidad grabada también podía ser muy divertida y adictiva. Es decir, poco a poco nos acostumbramos a ver estos programas construidos de otra manera: más ficcionados o argumentados.

Cambió la narrativa de la tele-realidad, dándole más valor al montaje, pero la esencia es la misma: las relaciones humanas, los conflictos y la vida real, aunque ya no fuera en directo. También influyó la entrada de la TDT, ya que comenzábamos a hacer más zapping y a ver como algo más normal la 'lata' o la reposición.LOS 5 HALLAZGOS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

1) EL FORMATO 'COACH': La pérdida definitiva del miedo al término reality, tanto por parte de las cadenas como de los espectadores, llegó con otro salto: el del llamado género 'coach'. Ya no era solo realidad ficcionada, empaquetada, sino que se introducía la figura de una persona que te lo contaba, aportando el factor psicológico. Esto supuso dos novedades importantes:

1) Le da un toque positivo al programa. El problema de la realidad es que es un placer culpable para mucha gente. Tiene un atractivo innegable, pero hay quien se avergüenza de estar viendo las relaciones o las miserias humanas, y sentir que disfruta con ello, con el morbo. Pero al llamarlo 'coach', con un presentador que está ahí para ayudar a los protagonistas y buscar el lado positivo y final feliz, llega la excusa para que muchas cadenas se animen a hacerlo, y para que los espectadores puedan reconocer que lo ven, e incluso presumir de hacerlo.

Es decir, el 'coach' le da un aire de positividad al programa que quita el sentido de culpabilidad. Pero no nos engañemos: el contenido es el mismo, con bronca/competición como plato fuerte, e incluso a veces más extremo o violento. No hay mucha diferencia entre una pelea de dos concursantes de Gran Hermano con la de un hijo con su madre en Hermano Mayor. La única: que en este último el objetivo es educar al violento y enseñar algo al espectador.

2) Se crea la figura del ídolo. El coach se convierte en ídolo, un prescriptor para el público. Por ejemplo, vemos a Alberto Chicote en Pesadilla en la cocina (laSexta), que el mismo día del estreno, a los pocos minutos, ya era el “amo” en las redes sociales, con multitud de fans en Twitter y comentarios como este: “Yo quiero ser como Chicote, entrar en la cocina de mi casa pegando gritos y tirando toda la comida por el suelo”. Supernanny también tiena a su “ídolo”, Rocío Ramos. Hasta la princesa Letizia dijo que quería hablar con ella para pedirle consejo para tratar a sus hijas. Otro ídolo de 'coach' es Pedro García Aguado, de Hermano Mayor, que se lo pelearon Mediaset y laSexta al considerar que era muy importante para el formato, hasta que éste decidió quedarse Cuatro.

2) LA DERIVACIÓN AL DISPARATE TOTAL

Cualquiera que sea seguidor de realities ha visto que el género ha ido derivando al esperpento, el frikismo, y que éste es, precisamente, uno de los aciertos. El casting cobra más importancia que nunca. Ya no valen las personas normales del primer GH. Hay que buscar lo insólito. Lo empezamos a ver en Mujeres ricas de laSexta. Y más recientemente lo hemos vuelto a comprobar en los Tróspidos, Alaska y Mario y Gandía Shore, que ya es el sumun del dislate para muchos espectadores.

En definitiva, el resultado es un programa de HUMOR. Al contrario que con los 'coach', aquí se trata de no tomárnoslo en serio, sino simplemente de reírnos y pasarlo bien.

3) 'LA VOZ¡: ODA AL CEBO

Si hay un programa que ha marcado un antes y un después en la forma de abordar el género, éste es La Voz, el fenómeno mediático de la temporada.

Muchos pensarán que en realidad es un 'talent', y tienen razón, pero el programa de Jesús Vázquez tiene también mucho de 'reality', por las emociones, la competición humana y la superación. Antes los géneros estaban más delimitados: talent, reality, docu-reality, coach.. Ahora el reality lo inunda todo , también los talents, como vemos en Tu Cara Me Suena, que ha sido galardonado dentro de este género en Mip TV.

No es casual que La Voz tenga mucho de reality y de televisión comercial. El invento es de John de Mol (ahora en Talpa), experto en televisión y creador del formato padre de todos los realities: Gran Hermano.

¿Pero qué ha conseguido La Voz? A pesar de lo comentado antes, muchos seguíamos asociando “realidad” a “directo” en los grandes shows de prime time o talents como estos. Era a lo que estábamos acostumbrados. Pero La Voz nos sorprendió con una serie de galas grabadas (las audiciones a ciegas) que tenían igual o más emoción y verdad que un directo de OT, GH, Supervivientes.

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¿Y cómo lo logra ? El gran descubrimiento es el montaje, pero sobre todo: el cebo. Una técnica que ha sido llevada a la perfección en las audiciones y batallas de La voz. El cebo no es una novedad en TV, siempre se ha utilizado, pero nunca tanto como ahora y de una manera tan profesionalizada. Las ventajas:

- El cebo te permite jugar con las emociones del espectador. Al final de una gala de GH, Mercedes Milá te puede decir “No te pierdas el programa del próximo jueves porque sabremos quién es la expulsada”. Pero nada te atrapa más si ves, como ocurría en LaVoz, las imágenes de las dos posibles expulsadas, ya llorando o llamando a sus padres para comunicarles la decisión, por poner un ejemplo.

La Voz utiliza esta técnica del cebo o 'teaser' , no solo al término de cada gala, sino varias veces durante la emisión, para ir atrapando de una sección a otra. El 'talent' de Telecinco ha abierto la veda para que la realidad se empaquete así a partir de ahora. El uso del cebo es, sin duda, no de sus grandes aciertos, además de los 'coaches', las sillas giratorias y todo lo demás.

- El programa se convierte en un tráiler en sí mismo. El cebo permite presentar el programa como si fuera una película. El editor lleva al espectador por donde quiere. Le permite jugar con los tiempos, volver al pasado y al futuro, 'enredar' con incógnitas, a través de pequeños cebos bien colocados. Jugar con los sentimientos, poner la música en el momento oportuno, mostrar el backstage antes y después… Esta técnica se ha convertido en un arte en los últimos años. Tanto que deberían introducir un premio al mejor “cebador” o “editor” en los próximos Premios TP o de la Academia de TV, porque es la clave del éxito de estos programas.

- Es muy económico. Aparte de que la 'lata' siempre es más barata que un directo, esta técnica permite hacer un programa de una hora, por ejemplo, con muy pocos vídeos, y que no resulte aburrido ni repetitivo, sino todo lo contrario. Se ha perdido el miedo a la repetición, “si está bien cebado, no molesta”.

- Permite más escenarios: el plató, el backstage, la casa de la familia... Todo eso en un directo sería mucho más caro.

- Condensa la emisión: te ahorra tiempo porque el montaje permite mostrar en una hora lo grabado en 24 horas o incluso en varios días, como ocurre en 21 Días o Alaska y Mario.

4) CALCAR EL FORMATO USA AUNQUE DURE MENOS

Otro acierto de los últimos realities, y que también hemos visto en La Voz, es calcar el formato original USA que está siendo adaptado, aunque dure menos.

Antes las cadenas y las productoras tendían a versionar los formatos a nuestra manera española de hacer programas (La joya de la corona, la casa de tu vida… ). Es decir, el resultado eran programas con plató que duraban tres horas. Ahora, por fin, nos hemos dado cuenta de que los americanos son los reyes del entretenimiento y que no tenemos necesidad de tocar nada cuando compramos un programa, solo copiar el formato original que triunfa en su país o en medio mundo. Así salen programas más cortos y ágiles como los Tróspidos, Pesadilla en la cocina, La Voz o Gandía Shore, por ejemplo.

5) REDES SOCIALES. NO SE EMITE EN DIRECTO PERO SE VE EN DIRECTO

Por último, no hay que olvidar la importancia e influencia de las redes sociales. Éstas hacen que aunque un programa no se emita en directo, el espectador tenga la sensación de que lo está viendo mientras se está produciendo. Si algo tenían o tienen los realities en vivo como GH, es la sensación de gran evento, de estar todos (varios millones de espectadores) compartiendo algo, como un partido de fútbol.

Esa sensación se traslada ahora a las redes, sobre todo Twitter. Una noche de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Pesadilla en la cocina o Gandía Shore, Twitter arde porque los espectadores entran para comentarlo todo. Eso produce una sensación de directo, que aunque sea grabado: todos lo vemos y comentamos al mismo tiempo.

Además hay un efecto 'retroalimentación' entre las redes sociales y el programa en cuestión. Por ejemplo, los usuarios crearon el término 'Tróspidos' en la red para el programa de Cuatro ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, y caló de tal manera, que llegó un momento en que Luján Argüelles se vio obligada a utilizarla en sus entradillas.

¿ADIÓS AL DIRECTO PARA SIEMPRE?

¿Quiere todo esto decir que debemos renunciar al directo? Evidentemente, no, porque hay un factor que tiene el directo insustituible con cualquier técnica, que es la imprevisiblidad, saber que estás viendo algo en lo que no hay marcha atrás, y que no te van a privar de un momento único. Alguien se puede ir de un plató o un concursante le puede decir algo inoportuno al presentador… Un ejemplo reciente lo tenemos en La Voz, con la polémica eliminación de Sharay. El programa cortó en montaje lo que ésa le dijo a Bisbal, y aunque Telecinco ya mostró después la cinta con el supuesto fragmento completo, siempre nos quedaremos con las ganas de saber cómo se vivió realmente allí en directo. Con la edición, algo de manipulación (aun no siendo intencionada) es inevitable. Si esta última fase de La Voz fuera también grabada nos hubiéramos perdido, por ejemplo, el “momentazo Ruimán” en directo. En este sentido, la televisión en vivo nunca tendrá precio.

¿ES VERDAD LA TELERREALIDAD ACTUAL?

La gran pregunta que se hacen muchos críticos es: ¿Es verdad la realidad que se cuenta en los realities? Opinamos que sí, pero exagerada:

- Los protagonistas exageran su condición, pero ya la tienen de partida. En los Tróspidos o Gandía Shore, los participantes son así, y por eso les escogen, pero en la televisión, ellos potencian todas esas excentricidades. Lo hacen de la misma manera que lo harían en la vida real, en una fiesta sin cámaras, por ejemplo. Todos, cuando queremos llamar la atención, tendemos a exagerar lo que consideramos que son nuestras virtudes o armas de seducción para no pasar desapercibidos.

- Lo que sí es cierto, es que cada vez hay más “intervencionismo” por parte de los programas para agilizar la acción. Desde el primer GH, en el que encerrábamos a los concursantes, con una cámara y esperábamos a ver qué pasaba, ha llovido mucho. Ahora los responsables del programa crean pruebas, desafíos, y provocan enfrentamientos y situaciones límite para ver hasta dónde llegan.

Es evidente que hay más guión, pero los protagonistas siguen siendo los dueños de su propia realidad o marionetas al antojo de sus personalidades. Con lo cual, el resultado final no deja de ser verdad. Un reality show puede incitar a sus participantes a un cara a cara, o a unas nominaciones sorpresa, pero al final son los protagonistas los que deciden afrontar esa situación de una manera o de otra.

¿SIRVE PARA ALGO LA TELERREALIDAD?

La TV es el único aparato o descubrimiento humano que medio siglo después de su nacimiento, seguimos preguntándonos para qué sirve. Al final: Para lo que cada uno quiera, como ocurre siempre con todo, para el uso que cada uno quiera darle. Por mucho que queramos que la TV sirva para formar, si el espectador la utiliza para entretenerse, no tenemos nada que hacer. La experiencia nos dice que se ve la TV, fundamentalmente, buscando entretenimiento o información. Por ello siempre lo más visto del día es un informativo y una serie o programa. En segundo término, el público pone la tele para formarse. De ahí que los espacios divulgativos y documentales sean productos más minoritarios.

Consecuencias de los realities en el espectador:

- Te hacen pensar (Hermano Mayor, Supernanny...)

- Te muestra otra realidad que jamás conocerías en tu entorno (Gandía Shore, Tróspidos..)

- Te divierte, te moderniza, te hace estar al día... (Alaska y Mario)

- Te ayuda a evadirte (Gran Hermano, Supervivientes)

- Te enseña (Supernanny, Pesadilla en la cocina, Frank de la Jungla, Desafío..)

LA TELE-REALIDAD, SEGÚN LA CADENA QUE LO EMITA

- Telecinco: Es la reina del reality en forma de espectáculo, en directo, y desde La Voz, también grabado.

- Cuatro: Introdujo el género 'docu-reality' y 'coach' y se erigió como la cadena prescriptora en estos géneros (Pekín Express, ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Hermano mayor...)

- laSexta. Ha encontrado la tecla ahora, después de intentos fallidos, y lo ha hecho fundamentalmente por la vía del impacto y coach (Pesadilla en la cocina)

- Antena 3: Siempre ha tenido cierto complejo con este género, lo cual le ha impedido tener una personalidad propia para abordarlo con determinación, ya sea en un sentido u otro. Confianza Ciega y Curso 73 le funcionaron muy bien, pero no ha repetido con ellos en su canal principal. Cuando ha ido por la vía de Gran Hermano (El Bus, Por ti...) no le ha ido tan bien. Ahora ha acertado al abordar la tele-realidad desde el punto de vista del talent/humor, con formatos como Tu cara me suena o El Número 1, que tienen parte de reality.

- TVE. Fiel a su vocación de servicio público, La 1 suele abordar este género desde el punto de vista del exotismo documental (Españoles por el mundo, Un país para comérselo, Climas extremos..) o el reportaje/factual (Comando Actualidad). TVE no se atreve a salir de ese ámbito, probablemente por las críticas que le podrían venir. Su próxima apuesta es un reality positivo para discapacitados en La 2.

- Temáticos. MTV ha acertado por la vía de la modernidad y del disparate. Es una cadena juvenil, sin complejos. No promete educar, solo dar diversión pura y dura: Alaska y Mario y Gandía Shore son ejemplos de sus aciertos.

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