Una controversia que empaña los éxitos del equipo de natación olímpica

El nadador Ryan Lochte lo confiesa todo en TV tras su 'destrozo' en Río

El nadador Ryan Lochte lo confiesa todo en TV tras su 'destrozo' en Río

El nadador estadounidense Ryan Lochte dijo hoy al canal de televisión Globo que está “arrepentido” de haber “exagerado” la farsa del supuesto asalto sufrido junto a tres compañeros durante los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“Si no hubiera exagerado con la historia o la hubiese contado completa, esto no habría sucedido”, declaró en una entrevista con el canal brasileño realizada en Nueva York, que recoge EFE. También la NBC emitió este sábado 20 otra entrevista con el implicado.

Lochte admitió que la noche del supuesto asalto, que resultó un invento, “estaba ebrio” y regresaba de una fiesta junto a Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen, todos del equipo olímpico de natación de Estados Unidos.

También reconoció que, como afirmó la policía de Río de Janeiro, al llegar en un taxi a un puesto de gasolina cuando regresaban a la Villa Olímpica, se dirigieron al baño, en el que él causó algunos destrozos en una actitud que no supo explicar.

Asimismo, como dijo la policía, señaló que los responsables de la seguridad del puesto de gasolina esgrimieron un arma y los hicieron sentarse en el piso. Agregó, sin embargo, que tuvieron “que darles dinero” para poder abandonar el lugar.

Según la versión de los empleados de la gasolinera, los nadadores ofrecieron ese dinero para compensar los daños causados.

El vídeo que desmonta la versión del atraco a los nadadores USA 360

En sus declaraciones a Globo, Lochte, quien acumula doce medallas olímpicas en su carrera, admitió su “total responsabilidad” en esos hechos y pidió disculpas “al dueño del puesto de gasolina, al pueblo de Brasil y a todos los que hicieron esos maravillosos Juegos”.

También se declaró “profundamente arrepentido” de lo que calificó de “inmadurez”.

Los cuatro nadadores involucrados en ese incidente han regresado ya a Estados Unidos, pero el proceso continuará en la justicia de Brasil, ante la que pueden ser acusados de “falsa comunicación de crimen”.

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