Sabios de Vertele

“Señor Bustamante, estoy enfadado”

Señor Bustamante, estoy enfadado. Cuando supe que había enviado a Vertele un escrito, cuyo contenido podía ilustrar en primera persona la opinión de uno de los sabios del comité de RTVE, inicié su lectura con un tremendo interés. Acepto de entrada una de sus críticas hacia mi persona. Me acusa de no haber leído ninguno de sus libros y confieso que es verdad. Me apasiona la televisión, pero he de reconocer que los títulos de sus libros no consiguen despertar en mi el mismo apasionamiento. Pero aunque sus obras académicas no me motiven especialmente, en estos momentos, sus opiniones sobre los problemas de la televisión pública me interesan sobremanera. Por eso estoy enfadado con usted, porque tras leer su escrito sentí una profunda desilusión. Bien. Vale. Ya lo hemos entendido. Usted ha escrito más libros que yo, usted tiene más nivel intelectual que yo, usted es ideológicamente más puro que yo, yo soy más demagogo que usted, yo soy más frívolo que usted, yo soy más mercantilista que usted,… bla-bla-bla… bla-bla-bla… ¿A quien le importan esas comparaciones? Seguimos sin avanzar ni un milímetro sobre las intenciones del comité de sabios respecto a algo tan trascendental como es el futuro de TVE. En este ámbito, el Presidente del Gobierno, con buenas intenciones pero con funestos consejeros, no solo ha desertado de su capacidad de decisión, sino que la ha delegado en cinco sabios como usted que, por una vez que se digna a descender del Olimpo y nos concede el honor de publicar unas líneas en este rincón de la red donde nos reunimos bastantes profesionales del medio televisivo interesadísimos en el tema, se limita a recordarnos lo sabio que es y remata su escrito con el típico: “Respeto profundamente las propuestas del Sr. Mainat, pero no pienso entrar en absoluto a comentarlas, aunque no comparta para nada su visión neoliberal extremista”… ¡Pues muy mal hecho, señor mío! Una magnífica ocasión desperdiciada para que alguien nos cuente algo. Porque, de los cinco sabios que le han endosado al señor Zapatero, se supone que usted es “el que entiende”. Aunque no haya pisado un estudio de televisión en su vida, ni haya participado profesionalmente en ningún proyecto televisivo, ni haya gestionado ninguna cadena, ni haya trabajado en ninguna compañía relacionada con el medio, por lo menos usted ha escrito algún libro en cuyo título figura la palabra “televisión”. Algo es algo. Este dato, unido a su rimbombante verbo, hará que su opinión sea muy influyente entre los demás sabios del comité. En las reuniones que tengan, me imagino que después de que usted haya rematado alguno de sus demoledores alegatos sobre los servicios interactivos públicos de la TDT aplicados a las necesidades culturales del futuro ciudadano digital, el venerable señor Lledó totalmente apabullado, asentirá: “Lo que tú digas, Enrique” y correrá a casa a disfrutar del nuevo televisor en color que le han instalado a cargo del presupuesto del comité. LES HABLA UN NEOLIBERAL EXTREMISTA Esto es nuevo. Al último director de TVE yo le parecía un rojo peligroso. A los ideólogos de la Complutense que se empeñan en orientar en sus avatares televisivos al actual Presidente del Gobierno, les parezco un neoliberal extremista. Y entre estos dos clichés, debe haber una amplísima tercera vía por donde circula la mayoría de la humanidad, incluido yo mismo. Dada esta perspectiva que tiene usted de mi, que ha provocado la hilaridad de bastantes de mis amigos que han llenado de mensajes mi correo electrónico, usted debe visualizarme algo así como Michael Douglas en la película “Wall Street”, pero la verdad es que, si en este momento de mi vida, todavía estoy sumergido en este loco mundo de la televisión, es porque me sigue divirtiendo y apasionando… y no busque en el Google el término “pasión” porque le devolverá más de 600.000 resultados. BUSTAMANTE Y EL GOOGLE Hablando del Google, aunque lo ponga en duda, lo uso con bastante asiduidad. De hecho, el otro día me documenté un poco sobre usted, siempre intentando filtrar al otro Bustamante, el cantante. Bastó con añadir una segunda palabra clave: +bustamante +complutense y ahí apareció usted junto a esos libros de los que tanto presume. He de confesar que realmente me dejó impresionado que hubiera publicado usted tantos libros, sobretodo con esos títulos tan espesos que les ha ido poniendo y me preocupé ligeramente por la situación financiera de Gedisa, su editorial habitual. Entonces recordé mis épocas universitarias en las que había profesores “con libro” y profesores “sin libro” e introduje en el campo de búsqueda las siguientes variables: +bustamante +gedisa +“lectura obligatoria” y constaté que sus alumnos, si quieren pasar curso, se ven obligados a comprar sus libros y, encima, a leerlos. Me quedé algo más tranquilo por el futuro de su editorial, pero comprenda que, para un neoliberal extremista como yo, éste no sea el método más apropiado para fomentar la lectura entre la juventud española. Pero como el objetivo de mi búsqueda no era hacer el inventario de su fecundidad literaria, sino saber qué opina un miembro del comité de sabios sobre la televisión actual, intenté un nuevo set de palabras clave: +bustamante +complutense +entrevista +televisión, para investigar qué responde usted cuando algún periodista le pregunta sobre el susodicho tema. Ya que es reacio a contárnoslo a los profesionales del medio, veamos qué va comentando usted por ahí. En los resultados del informe devuelto, me encontré con que usted maneja en sus entrevistas unos pocos conceptos básicos que repite machaconamente. Esto no es grave. Lo hace todo el mundo. El problema es que esos dogmas que insiste en propagar contienen demasiados deslices para ser formulados por alguien a quien no le ruboriza que le llamen “sabio”.

TRES DESPISTES El día 2 de mayo del 2003, por ejemplo, concedió una entrevista al periodista José Zepeda del departamento latinoamericano de Radio Nederland para celebrar el Día Internacional de la Libertad de Expresión. (Bonito día, por cierto. Si quiere, en otra ocasión, podemos platicar sobre este tema tan interesante). Destacaré un fragmento que contiene una de esas teorías suyas reincidentes que comentaba antes: “La oferta de las grandes cadenas está condicionada por los costes. Por ejemplo, ahora vemos como en una época de crisis publicitaria, los reality show, que son muy baratos, inundan las pantallas y prácticamente no dan respiro. Incluso la ficción ha desaparecido casi de las horas de máxima audiencia.” Una vez más me veo en el penoso deber de corregir a todo un Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, pero es que esta breve tesis contiene tres despistes morrocotudos:

DESPISTE 1) ESTAMOS EN PLENA CRISIS PUBLICITARIA. En el 2000 y el 2001, sí, vale, pero según todos los informes habidos y por haber, en el 2002 ya empezó la recuperación, con un tímido incremento de las privadas y un gran incremento de TVE, debido básicamente al éxito de ‘Operación Triunfo’. En el primer trimestre del 2003 la inversión publicitaria ya se recuperó claramente, en el segundo trimestre la subida ya se consolidó y el año se cerró con un aumento del 6’6%. Para que ponga ya totalmente al día sus datos, en estos momentos, no solo no hay crisis publicitaria, sino que las cadenas se forran. Durante el primer trimestre de 2004 el incremento respecto al 2003 ha sido espectacular, entre un 15% y un 20%. ¡Pero fíjese usted qué cosas! En las parrillas ha habido prácticamente el mismo número de horas de reality-show este año, como hace un año, como hace dos años, como hace tres años. Lo cual desmonta la primera parte de su teoría. El número de horas de reality-show no depende de que haya más o menos crisis publicitaria. DESPISTE 2) LOS REALITY-SHOWS SON MUY BARATOS. No sé quien le ha contado esta patraña. Los reality-shows son eventos muy costosos de producir. Solo desde el total desconocimiento de los intríngulis de la producción televisiva se pueden definir como “muy baratos”. ‘Operación Triunfo’, por ejemplo. Construir una academia/internado que funciona además como un estudio de televisión en directo con 64 cámaras, 24 horas al día, durante casi cuatro meses, con un equipo de más de 100 personas trabajando en turnos, con todas las dificultades de coordinación y avituallamiento que esto representa, donde un claustro de profesores de las distintas disciplinas artísticas enseñan a 16 jóvenes a mejorar sus capacidades musicales, donde se ensaya cada semana un show de casi 3 horas que los lunes se presenta en directo, en un inmenso estudio ante casi mil personas de público, con orquesta, coros, bailarines, luces espectaculares y todos los ingredientes de una gran gala musical… ¿Esto le parece “muy barato”? Otra cuestión es que estos formatos puedan llegar a ser también altamente rentables, pero éste es otro concepto y no vamos a ponernos a hablar ahora de márgenes comerciales, ingresos atípicos y ordinarieces semejantes. DESPISTE 3) CASI NO HAY FICCIÓN EN HORAS DE MÁXIMA AUDIENCIA. No entiendo como puede decir una barbaridad semejante. La única explicación que se me ocurre es que usted hace años que no mira la televisión. O mejor dicho, usted no ha mirado nunca la televisión. Porque hace mucho tiempo que lo que realmente inunda la pantalla en horario de máxima audiencia, no son los reality-show sino las series de ficción. No hace falta que inicie una larga investigación para corroborar este dato, basta con que le pregunte a cualquier vecino de su escalera. Concretamente, en la época en que usted concedió esa entrevista, había un solo reality-show en horario de máxima audiencia, pero podían verse a las 10 de la noche las siguientes series españolas de ficción (aparte de las americanas): Cuéntame, Los Serrano, Ana y los 7, El Comisario, Un paso adelante, Hospital Central, 7 Vidas, Javier ya no vive solo, etc… con lo cual, era habitual que cada noche se emitieran, por lo menos, una o dos series españolas de ficción. Y este año, el número de series no ha disminuido, sino que ha aumentado.

EL SÍNDROME HOTEL GLAM He de reconocer que cuando usted concedió esa entrevista, en mayo del 2003, los huéspedes del Hotel Glam pululaban por la parrilla de Telecinco. Admito que esos personajes son más ruidosos y más llamativos que Emilio Aragón y podría ser que dieran la falsa impresión de que inundaban las pantallas. Pero Telecinco, en cualquier caso, seguía compartiendo ese contenido con tres series de ficción y las demás cadenas seguían emitiendo en hora punta sus series correspondientes. Lo que quiero decir es que, como estudioso de la realidad televisiva, usted no puede dejarse llevar por una primera impresión, sino que debe analizar y calibrar en su justa medida dicha realidad empírica para no llegar a unas conclusiones, tan alejadas de la verdad, que al final no son más que una sarta de mentiras. Repasemos: - En época de crisis publicitaria…

- Los reality-show, que son muy baratos…

- Inundan las pantallas…

- Y la ficción desaparece del prime-time. Son demasiadas planchas para un texto tan corto, sobretodo teniendo en cuenta que usted ostenta una cátedra de Comunicación Audiovisual y Publicidad, que usted repite pomposamente estas mismas simplezas en la mayoría de sus entrevistas (e imagino que en sus clases), que una de sus especialidades académicas es la economía aplicada a la televisión y que uno de sus tostones de lectura obligatoria se titula nada menos que: “La Televisión Económica: Financiación, Estrategias y Mercados”

EL REY DE LA SALSA Siguiendo con mis pesquisas en el Google, topé también con esta entrevista titulada “LOS MEDIOS DEL ENGAÑO” que le hicieron en Cuba para la revista cultural ‘La Jiribilla’, en Diciembre de 2003, con motivo de su presencia como invitado al Festival de Nuevo Cine Latinoamericano (especialidad que no le conocía). Parece que en aquella isla caribeña, quizá debido al relajamiento que provoca el clima tropical o quizá porque se tomó un par de mojitos, la cuestión es que se soltó la lengua. Son los mismos conceptos de siempre, pero señalando ya claramente quién es para usted el enemigo público número uno, a saber, nuestra productora y nuestros programas: “El tema de la telebasura es un tema internacional creado desde dos polos. Durante años, los formatos de los reality venían de EE.UU. Ahora tenemos el «orgullo» de que es una empresa multinacional europea la que está creando formatos como ‘Operación Triunfo’ y ‘Gran Hermano’ y lanzándolos a nivel mundial. Es un panorama bastante peligroso porque se constituye lo que los norteamericanos llaman, muy apropiadamente, el ”killer-format“, el ”formato asesino“.

El “formato asesino”, que tiene un enorme éxito y un bajo coste, consigue prácticamente eliminar el resto de la programación. Toda la programación de la cadena de televisión se acumula, se reaprovecha. Finalmente ese “formato asesino” mata la diversidad del todo en el sistema televisivo.“ Al margen de que me parece casi un sarcasmo estar en Cuba y denunciar una supuesta falta de diversidad en la televisión de otro país, por fin confiesa ya sin ambages lo que realmente piensa de la productora en la que colaboro profesionalmente y de los programas que de ella salen, que se resume en los siguientes puntos:

A) ‘GESTMUSIC-ENDEMOL ES UN PELIGRO PARA LA HUMANIDAD. “Ahora una empresa europea está creando formatos como ‘Operación Triunfo’ y lanzándolos a nivel mundial. Es un panorama bastante peligroso...” Señor Bustamante, usted criminaliza a nuestra productora porque exporta mundialmente unas ideas televisivas que usted considera funestas. Pero esta globalización del fenómeno también puede indicar que esas ideas no deben ser tan negativas, cuando las adoptan con entusiasmo gentes de países y culturas tan alejadas y tan dispares. ‘Operación Triunfo’ se emite con éxito en toda Europa, desde la televisión pública de Portugal a la del Reino Unido, pasando por Alemania, Italia, Grecia, Francia… se emite en países tan distintos de nosotros como Rusia y Turquía… se emite en América del Sur, en América Central y en América del Norte: en Argentina, Chile, Brasil, México, Puerto Rico, Canadá… el otro día le recordaba la conflictiva versión árabe del show en la que participaron Líbano, Argelia, Egipto, Jordania, Kuwait, Libia, Marruecos, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Qatar, Sudán, Siria, Túnez… acaba de estrenarse una versión pan-africana de ‘Operación Triunfo’ que se emite simultáneamente en Sudáfrica, Botswana, Namibia, Zambia, Zimbabwe, Malawi, Kenya, Tanzania, Uganda, Ghana y Nigeria y en la que participan artistas de todos esos países… tantos y tantos habitantes del planeta que viven el fenómeno ‘Operación Triunfo’ completamente ofuscados y desdeñando los sabios consejos de don Enrique Bustamante, catedrático de la Complutense. Siempre nos queda el consuelo de pensar que, si fuéramos ingleses, a lo mejor la reina nos lo agradecería y nos daría una medalla, como a los Beatles. B) ‘OPERACIÓN TRIUNFO’ ES “BASURA”. “Durante años la telebasura venía de EE.UU. Ahora tenemos el «orgullo» de que es una empresa europea la que está creando formatos como ‘Operación Triunfo’.

Esto ya es un tema serio y muy delicado, señor Bustamante. Si usted, uno de los cinco sabios oficiales que van a decidir el futuro de la televisión en España, considera que ‘Operación Triunfo’ es “basura”, es estrictamente necesario que defina públicamente y sin vacilaciones que es para usted el concepto de basura televisiva en si mismo. Porque un sabio no puede andarse con tópicos y lugares comunes. Suponiendo que usted haya visto ‘Operación Triunfo’, cosa que ya empiezo a dudar, necesitamos saber qué canción de Rosa o qué video de Bisbal o qué pregunta de Carlos Lozano o qué respuesta de Bustamante (el cantante) le merece a usted el calificativo de “basura”. Un estudioso de la televisión debe tener muy claros los parámetros, los patrones y las pautas que aplica a una emisión de televisión para otorgarle esta descalificación tan grave. Y también debería preguntarse por qué es usted tan elitista que considera “basura” (es decir, inmundicias, despojos, algo nauseabundo que debe ser triturado y desechado) un programa musical, blanco, casto y recatado como ‘Operación Triunfo’, que tenía un inmenso consenso ciudadano y que reunía cada lunes ante el televisor a millones de familias enteras. Me recuerda usted a aquel tipo que va en su coche por la autopista y oye por la radio: “¡Atención! Hay un loco peligroso que conduce en dirección contraria”… y el tipo piensa: “¿Uno? ¡Cientos!”

C) INSISTE EN SU EXTRAVAGANTE VERSIÓN DE LOS “FORMATOS ASESINOS”. ‘Operación Triunfo’ y ‘Gran Hermano’ constituyen lo que los norteamericanos llaman, muy apropiadamente, “killer-format”. El “formato asesino” consigue prácticamente eliminar el resto de la programación“

¡Pero señor Bustamante, por Dios! Me sorprende que nadie le haya corregido en todo este tiempo un error tan garrafal. ¿Cómo puede ir diciendo continuamente por ahí eso de que los norteamericanos han inventado, muy apropiadamente, el término “killer-format”, que significa “formato asesino”? Cuando se encuentra con algún colega suyo de alguna universidad norteamericana, ni que sea de la de Georgetown, ¿no le aclara que un “killer-format” no es un formato que asesina a diestro y siniestro? Ya le comenté en mi artículo anterior que sufre usted una grave confusión con este vocablo inglés. “Killer”, en este caso, se traduce por innovador, revolucionario, rompedor. En español también usamos metáforas similares. Por ejemplo, cuando una cosa nos entusiasma mucho decimos que “está de muerte” y cuando no nos acaba de gustar, decimos que “no mata”. Pero, por favor, no lo traduzca literalmente al inglés o a sus colegas norteamericanos les sonará lo mismo que “from lost to the river”. Para designar un programa de televisión con un éxito fuera de lo común, también se suele utilizar el término “blockbuster”, que significa literalmente “bomba de demolición” y es que los norteamericanos tienen una cierta tendencia belicista, incluso con el lenguaje. Pero casi me arrepiento de habérselo comentado. Si los “formatos asesinos” le han dado tanto de si, no quiero ni imaginar lo que puede llegar a elucubrar con un término como “formato-bomba de demolición”. En cualquier caso, “killer-format” no es un concepto peyorativo, señor mío. Los departamentos de I+D de las compañías más serias del mundo trabajan para encontrar su nueva “killer-app” de informática o su nuevo “killer-format” de televisión. Porque el hecho de que existan formatos innovadores capaces de originar auténticos fenómenos sociales, de cambiar las reglas del juego, de sacudir la pasividad de los programadores somnolientos, de obligar a los creativos de la competencia a ponerse de nuevo a pensar, de generar nuevos sistemas de programar la televisión e incluso de verla… esto es bueno, señor Bustamante. Esto es revolucionario, si me permite usted la expresión, porque es lo contrario del anquilosamiento, de la parálisis creativa, del letargo, del inmovilismo. Bienvenidos sean los “killer-formats”, llámense “formatos innovadores”, “formatos rompedores”, “formatos revolucionarios” o como quiera usted llamarlos, pero, por favor, deje los asesinatos para Perry Mason, por poner uno de su época.

DOCTRINA BASURA No puedo dejar de señalar que, en el párrafo que comentamos, se incluye otra de sus fastuosas pifias. Resulta que va usted y dogmatiza alegremente que ‘Operación Triunfo’, al ser un “formato asesino”, “consiguió prácticamente eliminar el resto de la programación”, se supone que de TVE. ¡Qué cosas tiene, señor Bustamante! ‘Operación Triunfo’ se emitía el lunes por la noche y no volvía a emitirse hasta el lunes de la semana siguiente. Puede consultárselo también a cualquiera de sus vecinos. Me reafirmo en mi teoría de que usted no mira nunca la televisión. ¿Sabe qué pienso? Que en realidad usted no ha visto ‘Operación Triunfo’ en su vida. Le molesta el concepto y su repercusión popular per se. Por mucho que quiera revestirlo de “doctrina-basura”, usted le tiene a ‘Operación Triunfo’ una inquina irracional, impropia de un catedrático, de un pensador, de un sabio... Y si no, le refresco la memoria con el siguiente párrafo de la misma entrevista cubana: “La televisión ha impuesto su ley a nivel del conjunto del sistema mediático. Nos encontramos con un periódico como El País, que era el periódico de referencia en España, generado por la transición democrática, identificado con la democracia y que de pronto le dedica dos páginas a Operación Triunfo”

Rehúso comentar, por pura pereza, el contenido de este último párrafo. O aquí desbarra usted un poco y casi sugiere que ‘Operación Triunfo’ atenta contra la democracia o es que iba ya por el quinto mojito. En fin. Aunque dice respetar profundamente mis opiniones, pienso que, en realidad, desprecia visceralmente lo que hago y lo que represento. Lo cual no crea usted que a nivel personal me importa demasiado. Tras casi 20 años produciendo programas de televisión, comprenderá que tengo una enorme callosidad que ha recubierto sobradamente esa parte de mi cerebro proclive a que una mala crítica me estropee el día.

¿NADIE TIENE OTRO PLAN? Lo que ha hecho que me enfade con usted, no es que yo le caiga mal, lo cual era de esperar, sino comprobar como se entretiene en escribir unas líneas para Vertele y tampoco nos cuenta nada. Nadie nos cuenta nada. Y lo que me está preocupando es que quizá no haya nada que contar, porque, aparte de que algún ideólogo trasnochado haya convencido al Presidente del Gobierno de que la solución era poner en un comité a usted y a cuatro presuntos sabios más, a ver qué se les ocurre, quizá nadie haya previsto nada más. Me está alarmando que, para solucionar la problemática de TVE, todo lo que exista sea lo que parece que existe y que nadie tenga ninguna otra idea, ningún otro proyecto, ningún otro plan. En un momento dado, incluso llegué a sospechar que todo esto del comité de sabios no era más que una gran estratagema maquiavélica y que ustedes estaban ahí puramente para cubrir el expediente y legitimar un proyecto que otros ya habían diseñado en la sombra. Pero estoy viendo que ni siquiera es eso lo que está sucediendo. Ni el Presidente, ni sus torpes asesores mediáticos, ni el PSOE, ni la oposición, ni los directivos de TVE actuales, ni los anteriores, ni el ministerio de Hacienda, ni los sindicatos, ni los grupos mediáticos. Todo indica que nadie tiene previsto cual va a ser el próximo paso… excepto esperar a que a ustedes cinco se les ocurra algo. La situación es peor de lo que creía. No existen otros niveles de decisión con más experiencia y más criterio que vayan trabajando paralelamente y los vayan llevando a ustedes por el buen camino. Lo que se ve, es todo lo que hay. La complicadísima reestructuración de la televisión pública española se basa en lo que puedan llegar a elucubrar cinco catedráticos, casi todos de la Complutense, varios de los cuales no miran nunca la televisión y cuyo máximo erudito en el tema se supone que es usted, que cree que hay formatos que van por ahí asesinando en serie. Estoy aterrado. Josep M. Mainat (Director de Gestmusic Endemol) Otras entregas anteriores: -Alejandro Perales: “La privatización parcial carece de sentido ahora”

-Enrique Bustamante: “La frívola imprudencia del Sr. Mainat”

-Josep M. Mainat: “La inexperiencia del Comité de Expertos de RTVE”

-Eduardo García Matilla: “Merecería la pena preguntarse a quién le interesa la televisión pública y para qué”

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