Samantha Hudson: “Me da miedo sucumbir al sistema y convertirme en algo que siempre he despreciado”

“Mi interés y mi cometido nunca han sido revolucionar o poner las cosas patas arriba. Me limito a hacer lo que me gusta”. Samantha Hudson es muy clara, directa y certera en cada una de las palabras que pronuncia. La “todoterreno”, como ella misma se define, estrena este domingo 19 de diciembre el especial Una navidad con Samantha Hudson en Atresplayer Premium. Una entrega en la que promete dar “un poco de vidilla. Faltaba astracán y gamberrismo, más vedette y más varieté porque las películas navideñas son una bazofia”.

En el episodio estará muy presente la música. “Soy un collage del presente, el pasado y el futuro. Nunca hay que hacerle ascos a un villancico, me encantan”, defiende al tiempo que avanza que la entrega incluirá “versiones y canciones inéditas”. Su especial está dedicado a una cita marcada por la tradición. Algo que, según explica, lleva a que “a veces la Navidad esté bastante reñida con la diversidad”. “Cuando la sociedad te margina, muchas veces no puedes disfrutar ni de tu propia familia”, lamenta y aplaude cómo “cada vez se están rompiendo más los esquemas tradicionales”.

“Llevar un discurso coherente al 100% es misión imposible”

El especial imagina que Samantha olvida su conciencia de clase, empieza a comportarse como una burguesa tirana y recibe la aparición de tres fantasmas que le harán recordar quién es. Preguntada sobre el posible traslado de esta situación a su vida real, reconoce que le “da miedo sucumbir al sistema y convertirme en algo que siempre he despreciado, o en lo que jamás pensé que iba a devenir”.

“Inevitablemente acabas inmiscuyéndote en unos circuitos que te obligan a actuar de manera contradictoria y a tener esos fallos o incongruencias que antes para ti eran inconcebibles”, matiza, “pero también entiendo que la gente no es perfecta y que llevar un discurso hilado de manera coherente al 100% es una misión imposible”. “Intentaré mantenerme consciente y prudente y hacerlo lo mejor que pueda con las alternativas que tenga”, asegura también.

Si hay algo que tiene claro es que “nunca estoy para sentar cátedra” y que su caso es “la excepción que confirma la norma”. “Que yo esté en todos los medios de comunicación no es síntoma de que soy mejor que nadie, sino que evidencia que todavía faltan espacios”, lamenta.

Sin duda, Samantha se ha convertido en todo un referente LGTBI en los últimos tiempos, aunque “no lo siente ni procesa de esa manera”. Una 'responsabilidad' que le llega al tiempo que la extrema derecha parece ganar cada vez más voz en nuestro país. Frente a esta también es contundente: “Hay que dejar claro que no habrá acción sin respuesta y que nosotras no tenemos pensado dejar de existir”.

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