Todos mienten
Irene Arcos: “Las mujeres teníamos muy delimitado lo que podíamos hacer como actrices”

Laura García Higueras

Es muy fácil de hablar cosas de la serie y hacer un spoiler tremendo”, ríe Irene Arcos durante el junket promocional de Todos mienten, el nuevo thriller creado por Pau Freixas para Movistar Plus+, donde ella lleva la voz cantante dentro de un reparto muy coral. Su personaje, Macarena, se coloca en el disparadero después de filtrarse un vídeo de contenido sexual en el que mantiene relaciones con un adolescente que, para más inri, es alumno suyo. Esto le afecta de múltiples maneras no solo a ella, sino al resto de personajes de la ficción.

“Esto es un disparador que nos hace pensar a todos en relación a muchos asuntos. Tienen mucha complejidad, mucho suspense y humor, pero nos interpela como sociedad y como seres humanos”, aporta Leonardo Sbaraglia, que encarna al marido de Macarena, Néstor, un hombre en apariencia “racional”, en una ficción que abunda sobre muchas y variadas problemáticas. Por ejemplo, las relaciones paterno-filiales.

“Esta serie tiene un componente de transferencia de lo que transmitimos a los hijos, cómo hemos sido educados y dedicamos a nuestros hijos, y así creamos a nuestros hijos”, dice Arcos sobre estas “jaulas de cristal” donde se desarrollan jóvenes como Lucas Nabor, que encarna a Iván, el alumno con el que Macarena tiene un affaire. “La mentira es un recurso muy bueno para despegarte de ti mismo y acercarte en la convivencia”, dice este joven intérprete.

Todos mienten también habla de falsos ideales que adquirimos en la sociedad: “Hay una visión más idealizada de lo que es la felicidad, y no es así. Llega la insatisfacción a la vida de todos ellos”, apunta Arcos, que también pone la ficción como un ejemplo de una tendencia que aplaude en el ámbito de la narrativa audiovisual reciente.

“Llevamos ya unas cuantas ficciones donde las mujeres empezamos a llevar las riendas y la acción, se presentan personajes más reales e imperfectos, y ocupando roles que hasta ahora no ocupábamos”, detecta la valenciana, que pone de manifiesto que “teníamos muy delimitado lo que podíamos hacer como actriz: la mujer, madre o la abuela del prota, o la chica guapa que aparece para ser la novia”. Ahora, en una ficción como esta, puede defender personajes femeninos que se equivocan y no son perfectos. Personajes a los que tampoco se juzga, además: “Hablamos de una serie donde todos mienten. Van ocultando cosas, mostrando o haciendo lo que pueden. Todos actúan desde ahí”, resume.

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