Iniciativa Especial Vertele: #TVEDebateNacional

¿Qué hacer con TVE?: Abrimos el debate nacional con 6 pecados originales

¿Qué hacer con TVE?: Abrimos el debate nacional con 6 pecados originales

El refranero español es muy sabio y afirma que “a perro flaco, todo son pulgas”. El dicho se puede aplicar a RTVE, que está sufriendo una inexorable sangría de prestigio y de audiencia desde hace cuatro años.

El presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, ha pretendido justificarse ante el Congreso apuntando que una TVE “de calidad a largo plazo” no es viable con actual modelo de financiación.

En la práctica, Sánchez está solicitando la vuelta de la publicidad o el incremento de las ayudas públicas a RTVE, pero elude alguna de las razones de fondo que justifican en parte la caída libre de las cadenas públicas de televisión.

Es insólito, por ejemplo, que el programa más seguido en las ultimas elecciones municipales y autonómicas fuera 'Al rojo vivo' en laSexta. La noche del 24 de mayo el especial de la cadena de Atresmedia dobló en audiencia a La 1 de Televisión Española.

'Al Rojo Vivo. Objetivo Elecciones' sumó un 16% de share, mientras el programa especial que perpetró TVE obtuvo un escasísimo 8% de cuota de pantalla. El programa presentado por García Ferreras y Ana Pastor contabilizó 2.422.000 personas contra 1.300.000 de la primera cadena pública. Hay muchas voces que ya apuntan a que algunas privadas, como laSexta, están haciendo la TV de servicio público que debería ser territorio de TVE.

Vertele abre hoy el debate nacional sobre la televisión pública que quieren los españoles. Parece claro, de todas formas, la que no quieren: cadenas públicas sin influencia, irrelevantes; sospechosas de manipulación informativa, con programas que nos retrotraen a las cavernas, y una presidencia fiel seguidora de las directrices del Gobierno de turno, propia de épocas que ya debiéramos haber superado.

Estas son los grandes problemas de las actuales televisiones públicas de Estado:

1. Audiencias a la baja

La 1 de TVE terminó el año 1992 con 32.5% de cuota de pantalla, mientras que La 2 se anotaba un espectacular 12.8% de share con una televisión de calidad dedicada a una “inmensa minoría”.

22 años después, en 2014, la cadena pública cerró con un mínimo histórico de audiencia (10%). En el último año, Telecinco fue la televisión más vista, con un 14,5% , seguida de Antena 3, con un share de 13,6%. La Sexta (7,2%) y Cuatro (6,8%) completaron el grupo de las cinco grandes generalistas. La 2, con una cierta estabilidad, anotó un 2.8% de cuota.

En lo que llevamos de 2015, los datos acumulados de las dos grandes cadenas de RTVE siguen la misma tónica: 10.1% para La 1 y 2.8% para La 2.

En los últimos años, las malas noticias se acumulan: Ya en 2013, una desorientada TVE acabó con un escaso 10,2 por ciento anual, bajando dos puntos en relación al año anterior 2012 (12.2%) en un año especialmente doloroso porque Tele 5 arrebató el liderazgo de cadena más vista a la pública, que había retrocedido 2.3% en relación al año anterior (14.5%), superada también por Antena 3, que obtuvo un 12.5% de cuota de pantalla.

En 2010, los datos de la 1 de TVE la situaban como líder con un 16%, mientras que La 2 terminó ese año con un 3.1% de share.

Resumiendo: en los últimos cinco años, la primera cadena de TVE ha perdido seis puntos de cuota de pantalla, mientras que ha cedido 22 puntos en los últimos 20 años, coincidiendo con dos grandes acontecimientos mediáticos que tienen buena parte de responsabilidad en la debacle: la desaparición relativa de la publicidad y la multiplicación de la TDT, que ha provocado también una atomización considerable de la audiencia.

El mes de abril y mayo, con acontecimientos como Eurovisión o partidos de la Champions League, terminaron con una audiencia de un 9,9 %, una décima por debajo del mínimo histórico, a pesar de que se ha contado con series de ficción y programas poderosos como 'Masterchef', 'Cuéntame' o 'Aguila roja'.

La cercanía del verano, territorio de reposiciones y de ausencia de acontecimientos deportivos, augura que estos datos podrían empeorar.

2. Un Presidente a medida del partido que gobierna

El escándalo que envuelve a los Servicios Informativos, que relatamos a continuación, empezó con la decisión del Gobierno de Rajoy de cambiar el mecanismo de elección del Presidente de RTVE que se había impuesto en la época de Zapatero. El nuevo marco eludía la necesidad de consenso entre los grupos políticos representados en el Congreso de los Diputados.

Un decreto-ley de abril de 2012 consagró que el Congreso pudiera elegir por mayoría simple al máximo responsable de la radio y la televisión pública. Se alegó como excusa el bloqueo que impedía nombrar a un nuevo Presidente para sustituir a Alberto Oliart, pero se rompía así una norma anterior que obligaba a la elección del máximo responsable con un mínimo de apoyo de los dos tercios de la Cámara.

Por si hubiera dudas, en la última comparencia parlamentaria José Antonio Sánchez dejó claro que “voto al PP y seguiré votando al PP”. Si el voto de un ejecutivo de una cadena de televisión pública es irrelevante en cualquier país con tradición democrática sólida, esta revelación en el actual contexto fue destacada por todos los medios de comunicación.

Pepa Bueno consideró que esta nueva forma de elegir al Presidente “era una regresión democrática”.

En la práctica este decreto permite que la elección sea decidida unilateralmente por el partido mayoritario, el Partido Popular en esta legislatura, facilitando la gubernamentalización de la televisión pública.

3. Unos informativos desprestigiados

El segundo gran motivo de polémica en los últimos años de TVE ha sido la línea de los Servicios Informativos.

Parte de los periodistas de TVE están en pie de guerra. Las quejas de espectadores y profesionales de la plantilla ya empezaron con Julio Somoano al frente de Torrespaña, pero han arreciado con José Antonio Álvarez Gundín, que ha hecho bueno a su antecesor.

Un informe reciente del Consejo de Informativos de TVE, que analiza las noticias emitidas en los meses de marzo y abril, denuncia la deriva profesional y malas prácticas en la elaboración de las noticias.

Como usted podrá consultar el documento completo aquí: destacaremos solo los siguientes puntos:

- Algunas informaciones son sistemáticamente omitidas, censuradas o tergiversadas.

- La valoración y tratamiento informativo de noticias, según sean favorables o desfavorables a las tesis del gobierno y del PP, no es neutral .

- Se mezcla información con opinión en los telediarios. El diario ABC es una referencia informativa habitual.

- El bloque de sucesos tiene cada vez más peso en las noticias, mientras que las escenas de violencia se utilizan como reclamo para conseguir audiencia.

La redacción se divide entre periodistas de confianza y otros que no lo son, lo que provoca que las informaciones “sensibles” siempre se encarguen a gente afín a la dirección de los servicios informativos.

Sorprende que el resultado de las últimas elecciones no haya modificado los criterios que orientan los informativos de la televisión pública, dando más protagonismo a los partidos de reciente creación.

Cualquier análisis somero de las declaraciones de políticos emitidas en los telediarios concluye que la parte del león sigue siendo para el Partido Popular, en primer lugar, y a mucha distancia, para el PSOE. Ciudadanos y Podemos están lejos de disponer de un tiempo acorde con los resultados electorales cosechados en los comicios, por ejemplo.

4. Una programación polémica

Las polémicas mediáticas han sido constantes. Como muestra, dos botones.

TVE tuvo una tempestad sonada, que coincidió con el FesTVal de televisión de Murcia, con el estreno de “La alfombra roja Palace” de José Luis Moreno, un producto pensado para la noche de los sábados, del que solo se emitieron cuatro entregas tras una primera entrega criticada masivamente en prensa y redes sociales.

Este programa, que a punto estuvo de provocar la dimisión del director de TVE por ser una imposición, obtuvo unos datos de audiencia pírricos (entre un 5% y un 6% de share) con unos contenidos que no fueron apreciados por los espectadores.

Otro proyecto que ha provocado muchos dolores de cabeza a la dirección de TVE ha sido “Así de claro”, el ya cancelado programa de debate político de Ernesto Sáenz de Buruaga, que después de ser rechazado inicialmente por el Consejo de Administración y contestado internamente, fue aprobado para ser cancelado tras tres emisiones por sus pobres resultados de audiencia. Su última entrega se apuntó en La 1 un 5.1% de audiencia, con 704.000 espectadores.

¡Ah! Y otro detalle: el Presidente de RTVE impulsó el regreso a las pantallas de televisión de las corridas de toros, un espectáculo controvertido que cuenta con el rechazo de buena parte de la población y que, por sus horarios de emisión, ocupa cuando se emite la franja de protección a la infancia .

La sensación de los que conocen bien el entorno de la casa es que en esta etapa no se ha dejado trabajar con libertad ni a la dirección de TVE ni a la dirección de programas.

Las decisiones sobre programación se toman en entornos cercanos a la Presidencia, a los ejecutivos económicos o gente de confianza del Gobierno situada en el Consejo de Administración.

5. Una televisión sin publicidad pero que está llena de publicidad

Alberto Oliart, Presidente de RTVE con Zapatero, presentó la eliminación de la publicidad de TVE, en enero de 2010, como una medida para incrementar el “cuidado” a los ciudadanos, prestando “más atención” a sus problemas y opiniones para convertirse así en una “televisión pública de verdad”.

A pesar de esta declaración de principios, la televisión pública actual es menos pública que nunca. La falta de financiación ha puesto a RTVE a los pies de los caballos, agravada la situación por los pecados originales que se relatan en este artículo.

A pesar de la ausencia teórica de publicidad, las cadenas públicas han aplicado lo de “hecha la ley, hecha la trampa”, porque no paramos de ver acontecimientos que están “patrocinados”: desde partidos de fútbol de la Champions pasando por eventos deportivos donde la presencia de marcas es más que evidente, o por programas de corazón que son una pasarela constante de anunciantes que no pasan por taquilla. Las ruedas de prensa de entrenadores de fútbol o de deportistas que lucen camisetas con anuncio, o de famosos que posan ante el photocall de turno es desesperante en la TVE actual.

La cadena y las productoras se han aferrado al eufemismo del “patrocinio cultural” para considerar cultura algo que ni remotamente se le acerca, con lo cual se burla la decisión del legislador, que por otra parte no dejó tampoco un fundamento claro que permita financiar TVE.

Hay que abrir una profunda reflexión sobre como conseguir el dinero necesario para tener una TVE digna que no tenga que recurrir a patrañas, a las telecos o a las cadenas privadas para financiarse. Es una de las asignaturas pendientes.

6. Despidos polémicos

En estos últimos años hemos dejado de ver en TVE a muchos profesionales contrastados como Pepa Bueno, Maria Escario, Ana Pastor o Rosa María Calaf, pero ha habido también ausencias traumáticas que han hecho correr ríos de tinta como los ceses de Cristina Puig o de Oriol Nolis (ahora en 'El Debat' de La 1 en Catalunya), o la cancelación de contratos que afectó a todo el equipo que puso en marcha uno de los proyectos más premiados de la empresa, el de “RTVE a la carta”, con Ricardo Villa y Maria Maicas a la cabeza.

Abrimos el debate con expertos

El debate está abierto: ¿Queremos mantener una televisión pública? ¿Que televisión pública queremos? A partir de ahora Vertele recabará opiniones de todo tipo para dibujar el paisaje de futuro para nuestra corporación pública de televisión. Puedes comenzar a expresar tu opinión en el apartado de comentarios de este artículo o en Twitter con el hashtag: #TVEDebateNacional.

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