Asesinato

Los restos mortales de Ricardo Ortega llegaron a Madrid

Los restos del periodista español Ricardo Ortega, asesinado en Puerto Príncipe (Haití) el pasado domingo, llegaron ayer por la noche a la base madrileña de Torrejón de Ardoz a bordo de un Boeing 727 de la Fuerza Aérea española. El cuerpo fue llevado al Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se le realizó la autopsia. La capilla ardiente se ha instalado en el Tanatorio de la M-30 de Madrid. El cadáver del reportero fue recibido por sus compañeros de Antena 3 TV en Torrejón para rendirle homenaje. El féretro fue llevado a hombros desde la escalerilla del avión hasta el coche mortuorio. Gloria Lomana, directora de los Servicios Informativos de Antena 3 informó que Ricardo Ortega viajó a Puerto Príncipe “por voluntad propia, sin ser enviado por esta cadena de televisión y desde allí se puso en contacto con nosotros, diciendo que nos ofrecía su trabajo y estaba dispuesto a cancelar la licencia especial de la que disfrutaba”. La responsable de Antena 3, que describió a Ortega como un «reportero de raza», precisó que el periodista «no fue en ningún momento despedido, era personal fijo, de plantilla, con absolutamente todos los derechos que goza cualquier trabajador de esta casa». El comité de empresa de Antena 3 TV cuestionó la versión de Lomana. Desde julio de 2003, cuando fue cesado de sus funciones al frente de la corresponsalía de Nueva York y se le ordenó regresar a Madrid, Rafael Ortega ya no colaboraba en los Servicios informativos. Sus compañeros relatan que no se acostumbraba al trabajo sedentario de la redacción central y que por esta razón pidió una suspensión de empleo y sueldo para permanecer en EEUU, donde reside su compañera sentimental. Una vez allí, estalló la crisis haitiana. Ricardo se compró una minicámara DVD y se ofreció como “freelance” a “La Clave” y “La Estrella” y llamó a Antena 3 para vender sus reportajes. Ricardo Ortega fue blanco de un francotirador que fue a por los corresponsales extranjeros En las últimas horas se han conocido más datos de la muerte de Ricardo Ortega. Parece que al finalizar la manifestación, se empezaron a oír tiros. Un grupo periodistas trató de acercarse al lugar donde sonaban los disparos y se encontraron e medio de un baile de tiros. Cuando intentaron protegerse se dieron cuenta de que los francotiradores iban a por ellos. Los enviados especiales, entre ellos varios fotógrafos estadounidenses, empujaron la puerta más próxima y se metieron en una casa. Algunos se escondieron en los armarios y bajo las camas, convencidos de que los chimeres, partidarios del expresidente, iban a entrar a buscarlos, según cuenta Toni Cano, enviado especial de “El Periódico de Cataluña”. Un fotógrafo norteamericano llamó por el móvil a los marines y éstos, a su embajador. “No os mováis de ahí. Voy a enviar a un grupo de marines a rescataros”, les contestó el diplomático. La espera, de una hora, resultó interminable. De repente, el fuego pareció cesar y oyeron un revuelo afuera. Ricardo Ortega creyó que eran los marines y se aventuró a salir a la calle. Uno de los francotiradores había estado apuntando a la puerta esperándolos y al verle, disparó los dos tiros mortales. Ricardo Ortega tenía pensado irse pronto de Haití. Seis muertos En la refriega del domingo murieron seis personas, una de ellas por disparos de los marines norteamericanos, según anunció ayer el responsable de la fuerza internacional de seguridad en Haití, el coronel estadounidense Mark Gurganus. Entre la veintena de heridos se encuentra el fotógrafo norteamericano Michel Laughlin, de un periódico de Florida.

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