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El primer día de la bandera andaluza constata el forcejeo partidista por capitalizar el legado autonomista

Bandera Andalucia desplegada durante la manifestación del 4D en Sevilla

Daniel Cela / Lucrecia Hevia / Fermín Cabanillas

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Este domingo, 4 de diciembre, se celebra por primera vez el día de la bandera andaluza, una efeméride oficializada recientemente por el Gobierno de Juan Manuel Moreno (PP) para conmemorar la masiva movilización de andaluces que salió a la calle a reclamar una autonomía plena el 4 de diciembre de 1977, refrendada más tarde en la consulta del 28 de febrero de 1980 [28F, Día de Andalucía].

La unidad de entonces contrasta con la fragmentación política actual, como si cada formación tirase de una esquina de la blanca y verde tratando de capitalizar aquel 4D. Moreno ha celebrado los fastos en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta, junto a unas 150 personas. No lo ha hecho en el Parlamento, donde tiene lugar el izado de bandera cada 28F.

El grupo socialista ha acudido al acto, refunfuñando, pero después se ha desplazado a celebrar una entrega de premios recién creados por la Fundación Andalucía, Socialismo y Democracia -heredera de la Fundación Alfonso Perales-, en la que ha estado presente Rafael Escuredo, primer presidente electo de la Junta y símbolo de la lucha autonomista.

En paralelo, todas las fuerzas a la izquierda del PSOE han salido juntas en una movilización por las calles de Sevilla, emulando aquel 4D del 77, como vienen haciendo desde hace años. El andalucismo es el lazo verde que une a estas formaciones -IU, Podemos, Adelante Andalucía, Más País, etc-, que ahora mal conviven en el mismo grupo parlamentario y son incapaces, de momento, de entenderse para perpetuar su coalición en las municipales del próximo mes de mayo.

La jornada que rememora aquel histórico 4 de diciembre se ha convertido así en un toma y daca de mensajes entre partidos en sus diferentes actos, con el fondo blanco y verde de la bandera de Andalucía.

Una iniciativa de Rojas Marcos

La iniciativa del día de la bandera andaluza se conoció hace dos meses cuando el fundador del ya extinto Partido Andalucista, Alejandro Rojas Marcos, se lo pidió expresamente a Moreno durante la presentación de su libro en la casa museo de Blas Infante, en Coria del Río (Sevilla). Moreno accedió de inmediato. Solo tres semanas después, llegaba al Consejo de Gobierno en forma de decreto, firmado por el consejero de la Presidencia, no por el presidente. Y este domingo, una nutrida representación del ex Partido Andalucista ha estado presentes en el primer acto de este día homenaje. Se han mostrado satisfechos y, en los jardines, cometaban que “ya era hora” y que “los otros habían tenido 40 años para hacerlo”. Es más, el andalucista Miguel Ángel Arredonda le ha regalado un pin antiguo de la bandera andaluza a Juan Manuel Moreno que tenía desde “hace más de 40 años”. Pero el Gobierno andaluz ha querido darle un especial protagonismo precisamente a Alejandro Rojas Marcos, a quien el presidente ha agradecido su “idea” y su “generosidad” durante su discurso y a quien ha sentado a su lado durante la ceremonia.

Para declarar el Día de la Bandera, la Junta eligió una fórmula legislativa que omitía su paso por el Parlamento andaluz, donde hubiera sido debatida por los grupos y previsiblemente refrendada por todas las fuerzas, excepto Vox, cuya bandera es el desmantelamiento del Estado autonómico. El propio presidente ha explicado este domingo, de manera informal, que se hizo así “porque había prisa” y “no había consenso en la Cámara”.

Y así empezaron los problemas. Todos los partidos reconocen la importancia del 4D en la lucha autonómica andaluza, pero las izquierdas tuercen el gesto cuando ven a un presidente del PP liderar esta iniciativa, y recuerdan que Alianza Popular estuvo frontalmente en contra del momento clave: el 28F. Y lo tuercen, sobre todo, cuando Juan Manuel Moreno explica que aquel 4 de diciembre fue una reivindicación colectiva “sin ideología”, como ha leído en manifiesto la poeta Rosa Díaz. “¿Sin ideología?”, repiten con sorpresa en la entrega de premios socialista. “No hubo un combate de siglas. Pero la recuperación de la dignidad tenía claramente ideología”, ha afirmado Iñaki Gabilondo, histórico periodista y uno de los reconocidos por el PSOE junto a Nuria López (CCOO), Carmen Castilla (UGT), Miguel Rodríguez Piñero y la organización 'Mujeres en zonas de conflicto'.

Patrimonializar la autonomía

El 28F ha sido la fecha significativa para el PSOE durante sus 37 años de gobierno. En esas casi cuatro décadas, el Partido Comunista de Andalucía, Izquierda Unida y otras formaciones progresistas han conmemorado el 4 de diciembre saliendo a la calle, como aquel día del 77, intentando recuperar el protagonismo del pueblo frente a las instituciones. En el 77 no había todavía instituciones autonómicas y el PSOE siempre miró de soslayo el 4D hasta hace solo cinco años, cuando la entonces presidenta Susana Díaz vio irrumpir a su izquierda una nueva formación, Podemos, con una dirigente de marcado perfil andalucista. Desde entonces el 4D es escenario de reivindicación socialista, casi tanto como lo fue el 28F.

Por su parte, el presidente Moreno ha acuñado un fuerte perfil autonomista, exaltándolo incluso por encima de las siglas del PP, y usando el potente altavoz de la Junta de Andalucía, como antaño hizo el PSOE.

Este domingo, Moreno ha citado a Carlos Cano, a Joaquín Sabina, ha recordado a Manuel Clavero, a Rafael Escuredo, a Plácido Fernández Viagas y a Rojas Marcos, allí presente. El presidente ha reivindicado en su discurso que “todos cabemos bajo la bandera de Andalucía”. Ha hablado de “proteger el autogobierno”, y ha interpelado a los presentes a “renovar y fortalecer el andalucismo”. Porque “ningún futuro se construye sin memoria”, ha dicho. En corrillo posterior se enorgullecía de que “los jóvenes del PP lleven ahora una pulsera con la bandera blanca y verde”. “Había que incorporar al centro derecha al andalucismo”, ha expresado con convencimiento.

Los populares siempre afearon a los socialistas que trataran de monopolizar los símbolos de la autonomía, de querer orillarles, de mimetizar su Administración con la idea de Andalucía, como si fueran la misma cosa. Ahora el PSOE de Juan Espadas le acusa a él exactamente de lo mismo, y además le reprocha que trata de “reescribir” la historia, otorgando “un protagonismo a la derecha que nunca tuvo”. A mayor ejemplo, el título oficioso de “padre de la Andalucía moderna” que Moreno ha dado al ex ministro de la UCD, Manuel Clavero Arévalo, probablemente el único referente del PP de aquella época, tras dimitir del Gobierno de Adolfo Suárez por oponerse al Estatuto de autonomía plena.

De hecho, durante el acto de los premios, en el Teatro Hogar Virgen de los Reyes de Sevilla, tanto Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, como la diputada socialista María Márquez, que ha conducido el acto, han insistido en “que no se puede reescribir la historia”. Y Rafael Escuredo, presidente de la Fundación Socialismo y democracia, ha subrayado en su intervención que “padre de la patria no hay más que uno: Blas Infante”. Como si de una competición se tratase, el acto socialista ha rendido homenaje a los citados por Moreno y a otros tantos más “de todas las fuerzas políticas que participaron”, incluidos cantantes y periodistas, ha recalcado Escuredo.

Sobre el Día de la Bandera, Escuredo ha dicho: “No seré yo quien no se alegre de esa decisión. Aunque algunos han llegado 40 años tarde al andalucismo, nunca es tarde sin la dicha es buena”, en clara referencia al PP. Y ha disparado un dardo: “Piensan llevar a las escuelas la historia de nuestra tierra, y yo me alegro porque es una vieja reivindicación. Tendrán que les recuerden que el estado de la derecha que gobernaba entonces quiso matar nuestro sueño de autogobierno” y “deberían pedir perdón”.

Los consejeros de ruta

En esta semana, el Ejecutivo de Moreno y los dirigentes del PP han sido más rápidos que sus rivales políticos a la hora de acaparar la agenda con actos previos al día de la bandera andaluza, fomentando así la idea de que se trata de un acto institucional. Prácticamente todos los consejeros de la Junta han participado en un acto de conmemoración: el lunes lo hizo la titular de Educación, Patricia del Pozo, en un colegio de Sevilla; el martes el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre, dio una charla en un instituto del Polígono Sur de la capital andaluza.

El miércoles, en Huelva, el ex vicepresidente de la Junta y actual presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Andalucía, Juan Marín, participó junto al ex vicepresidente del Parlamento y ex líder regional de IU, Diego Valderas, en una “mesa de diálogo”, titulada “Historia, hitos y símbolos de la autonomía andaluza”. Sobre este evento, el PSOE de Huelva exigió explicaciones a la delegada de la Junta en la provincia, para saber por qué no habían sido invitados a un acto que conmemora la autonomía andaluza. “Solo han invitado a parlamentarios de PP, Ciudadanos e IU”, se lamentaron, tras denunciar una clara “deslealtad institucional”.

El jueves, fue el consejero de Justicia, José Antonio Nieto, quien visitó un colegio en Córdoba para conmemorar el día de la bandera; y el viernes se multiplicaron los actos, con la participación del titular de Presidencia, Antonio Sanz, en un acto en Jerez de la Frontera (Cádiz); la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, en un colegio de Guadix (Granada); la de Hacienda, Carolina España, en el Centro de Participación Activa El Perchel, en Málaga; la consejera de Salud, Catalina García, en una escuela de Jaén, y el titular de Universidades, José Carlos Villamandos, en un colegio de Córdoba.

Es más, este domingo, los consejeros y diferentes dirigentes populares se han repartido por la geografía andaluza en diferentes actos institucionales.

Uno de los objetivos del día de la bandera, dice el decreto, es que “la conmemoración del 4D llegue a los colegios de toda la comunidad con la intención de que las nuevas generaciones conozcan la historia del proceso autonómico de Andalucía”. También se insta a todas las instituciones andaluzas a izar la bandera en sus edificios, o a los equipos de fútbol, de baloncesto o de cualquier otro deporte a llevar el brazalete con la blanca y verde.

La manifestación del 4D: la bandera en la calle

Poco después de que terminase el acto institucional de la bandera, salía la blanca y verde a la calle con la manifestación que recupera cada año el espíritu del 4 de diciembre de 1977. La cita se ha iniciado en Sevilla poco antes de las 12.20 de este domingo, con poca gente al principio, cuando los organizadores comenzaron a tenerlo todo previsto en torno a las 11.30, aunque luego se han ido sumando centenares de personas, hasta completar el recorrido entre la Plaza Nueva y el Palacio de San Telmo, incluidas algunas de las que habían acudido al acto anterior como Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía.

En menos de una hora se ha completado un recorrido que ha sacado simbólicamente una enorme bandera de Andalucía en su cabecera, una forma de reivindicar el trabajo que desde 1977 están haciendo organizaciones de izquierda por mantener vigente lo que se reivindicó hace 45 años, “frente a los andaluceiros”, como ha definido a los “nuevos defensores del andalucismo” la portavoz de la ‘Plataforma 4D’, Pura Sánchez.

“Hay gente que, para ellos, el andalucismo es puro marketing y una oportunidad de pescar votos”, ha dicho, mientras la secretaria general de Podemos en Andalucía, Martina Velarde, ha pedido al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que tenga “menos banderas y más servicios públicos”, indicando que “la educación concertada o la sanidad que se deriva a la privada lo único que hacen es tener unos servicios públicos en detrimento”.

“Se puede decir que se es andalucista o ponerse la medalla o el adjetivo que cada uno quiera”, pero “los que nos llamamos andalucistas creemos que el pueblo andaluz es el sujeto que tiene que articularse para solucionar sus problemas”, recuerda Pura Sánchez en las mismas declaraciones, aunque abre la puerta, pero con determinados condicionantes, a las personas que quieran “decir ahora que son andalucistas”.

En esa misma línea, el coordinador general de IU-LV-CA, Toni Valero, ha entendido que en 1977 la izquierda pudo parar “el guión de la transición que tenía establecido” el papel de Andalucía. Y puso freno, dice Valero, “el plan de la derecha”. Y ha reivindicado el Estatuto de Andalucía para proteger los servicios públicos y los logros de la autonomía y acusó a Moreno de “vestirse de andalucista” pero “ha perdido el espíritu”.

Y la portavoz de Adelante, Teresa Rodríguez, pide que se siga participando en movilizaciones como la organizada este domingo, que a lo largo de los años “han mantenido viva la llama de la autonomía” y pide que se recuerde la historia “sin descafeinarla”, de nuevo en clara alusión al relato de los populares en el Gobierno.

En definitiva, tres escenarios una jornada en la que se ha reivindicado el coraje y la unidad del pueblo andaluz aquel 4 de diciembre de 1977.

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