Primera entrega en 'Lo de Évole'

Miguel Bosé se confesó con Évole: “He llegado a consumir casi dos gramos diarios, más maría y éxtasis”

Miguel Bosé en 'Lo de Évole' en laSexta

Paula Hergar

Lo de Évole emitió este domingo 11 en laSexta la primera de sus dos entregas dedicadas a la entrevista con Miguel Bosé. Tras años sin conceder una entrevista a un medio español, el cantante accedió a que el presentador catalán viajara a México donde reside desde hace años.

Y, aunque las declaraciones más esperadas del artista eran las que hicieran referencia al Covid - tras declararse negacionista “con la cabeza alta”- este primer programa solo entrevistó a “Miguel”, muy distinto a “Bosé” que sí estará el próximo domingo, según aseguraron en la emisión, y sí hablara de sus polémicas palabras.

Pero aún reservando esa opinión para la segunda entrega, el cantante no se cortó al dejar claro que Lucía Bosé no había fallecido por el virus: “Mi madre no tenía coronavirus. No se murió de Covid. Se murió de otra historia que no quiero hablar aquí porque es una larga historia y sacaría cosas peligrosas para las personas que trabajaron con ella”, zanjó.

Eso sí: antes de que lleguemos a oírle defender sus posturas negacionistas, pudimos ver al artista conversando sin tapujos sobre algunos otros asuntos peliagudos que han afectado a su esfera privada, de la que siempre ha sido reacio a hablar. Llamativo fue, así, escuchar su testimonio sobre las adicciones. “Drogas, sexo a lo bestia, tabaco, sustancias, hampa, todo”, lo resumió.

“He llegado a consumir casi dos gramos diarios”

“No he sido social nunca, he sido salvaje”, se definía el responsable de éxitos como Amante bandido, quien trató de establecer una cronología sobre su relación con los vicios, que desarrolló a finales de los años ochenta y que le llevaron a conocer “la parte oscura que todos tenemos”. De acuerdo con sus palabras, todo empezó “por un desamor, simplemente”: “Un día llamé a unos amigos a la una y media de la madrugada y les dije: 'Quiero salir y quiero ir de fiesta'. Esa noche me tomé mi primera copa y me metí mi primera raya, que me salió baratísimo. Me duró no sé cuánto, pero días”, cuenta.

“A partir de ahí solo conocí la luna, la noche y la parte oscura de Bosé y de Miguel, que era muy necesaria para equilibrar”, dijo. Lo hizo estableciendo una relación entre creatividad y alucinógenos: “Las drogas son unos estados que utilizados bien dan mucho conocimiento y te dan puntualmente unas visiones de cosas que son interesantes. Revolucionarias, incluso. Pero cuando pasan a ser un consumo habitual, pierden ese sentido. Los espíritus que habitan las drogas dejan de ser aliados y pasan a ser enemigos”.

Explicó que dejó de trasnochar y de vivir “a saco” a partir de 1991, pero que no se desenganchó del resto de adicciones. “En estas cosas hay un placer que es difícil de negar, cortar con él me costó más tiempo. De hecho, he dejado todo hace siete años. Me pasé casi veinte años”, afirma, reconociéndose “muy enganchado”. “Dejó de ser diversión y fiesta, como era al principio. Y se trasladó al ”a diario“, empezó a perder la gracia y a causar problemas serios, problemas de conciencia que no justificas”.

He llegado a consumir casi dos gramos diarios [de cocaína], más el fumar maría”, cifró. Añadió que lo dejó toto el mismo día “subiendo unas escaleras hacia un escenario”. “Las fuerzas que a uno le hacen tomar estas decisiones tan radicales solo vienen de dentro, nada más que de dentro, y pasan por un proceso complicado, que tarda. Tiene mucho que ver la responsabilidad o responsabilidades que estás teniendo en la vida -recuerda que habían nacido mis hijos- y la saturación”, comentó, diciendo que no desarrolló síndrome de abstinencia y señalando su fuerza de voluntad.

“Fue un ejercicio de humildad porque había hablado mucho”

Una de las cosas que más llamó la atención fue el cambio en la voz de Miguel Bosé, de la que dijo que le “viene” y le “va”. Évole quiso saber cuándo fue el momento en el que se le empezó a estropear y el cantante lo tuvo claro: “Cuando las cosas empezaron a ir muy mal en la relación de pareja, el amor no existe, el enamoramiento ha desaparecido, la amistad se difumina, y se pierde la admiración por la persona con la que estás. Cuando todo se derrumba por educación aguantas, eso se envenena, estalla mal y empiezan los problemas serios”, señaló.

Momento que señaló como el más crítico: “El primer problema gordo que tuve fue la voz. He llegado a tener cero voz. Yo no estaba preparado para eso”. Una situación que no había trascendido en los medios españoles y Bosé también lo argumentó: “No me encerré, pero nunca he vendido nada sobre mí, sobre mis amigos, parejas, lo privado”.

Y el cantante acabó reflexionando sobre lo ocurrido: “Fue un ejercicio de humildad porque había hablado mucho. Había basado mi vida en la voz. Hablaba con ella, tómate tu tiempo, he abusado de ti, y de una hora para otra apareció. Y le pedí perdón por todo lo que le he hecho”.

Problemas económicos y grandes regalos a parejas

Preguntado por la situación de la música en la actualidad y la falta de voz, Bosé confesó estar pasando por problemas económicos: “En la música vivimos un 90% de los conciertos. Ahora no se pueden hacer y tienes que tirar de reservas”. Aún así, aseguraba tener “muchas reservas” pero no tantas por haber “pagado mucho colegios, apartamentos, familia, amores muy bien cuidados, ... la pasta sirve para gastársela y gozar”, aseguraba.

Évole quiso saber cuál había sido “la cosa más loca” que había regalado por amor, y Miguel respondía: “He hecho grandes regalos, casas, terrenos, apartamentos, coches, viajes...”. Sobre lo que el presentador, asombrado, dijo: “¡Vaya chollo ser tu novio!”, y el cantante corrigió: “Es mejor ser mi perro”.

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