La cadena de polémicas que ha llevado a Tornero a dimitir como presidente de RTVE

Pérez Tornero, durante una comparecencia en el Congreso

Marcos Méndez

Este lunes 26 de septiembre José Manuel Pérez Tornero anunció su intención de dimitir como presidente de RTVE. Lo hizo mediante una carta en la que principalmente listaba sus logros a lo largo de estos 18 meses de mandato, y en la que apuntaba a la división en el Consejo de Administración para justificar su adiós:

“He constatado que, dentro del máximo órgano de administración de RTVE -y pese a los esfuerzos ímprobos realizados por algunos de sus componentes- ya no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente; y, en muchas ocasiones, ni tan solo el clima propicio al diálogo que necesitamos para culminar el proyecto. Lo cual dificulta mucho la gobernabilidad de la empresa, e impide llevar a cabo la transformación con la que todos nos habíamos comprometido”.

Pese a no ahondar más en ello, centrándose en agradecer la confianza de las Cortes generales y grupos parlamentarios, así como el trabajo de los profesionales de RTVE y especialmente de su equipo más cercano, y clarificar que volverá al mundo universitario; Tornero apunta claramente a la división en el Consejo como el motivo de su adiós. Pero a lo largo de su trayectoria ha habido una larga lista de polémicas que le han hecho perder el control de ese órgano, y enfrentarse a otros directivos de la corporación pública.

Perdió el control del Consejo de Administración

En un principio, José Manuel Pérez Tornero logró controlar un Consejo de Administración que ya nació fuertemente politizado por el fracaso del concurso público y la definitiva elección política que ya decepcionó a sus profesionales. PSOE, PP, Unidas Podemos y PNV alcanzaron un acuerdo para “repartirse” el Consejo con tres consejeros a propuesta del PSOE (Ramón Colom Esmatges, Elena Sánchez Caballero y Conchi Cascajosa), tres a propuesta del PP (Carmen Sastre, Jenaro Castro y María Consuelo Aparicio Avendaño), dos a propuesta de Unidas Podemos (Roberto Lakidain y José Manuel Martín Medem), y uno a propuesta del PNV (Juan José Baños Loinaz). El décimo miembro era Tornero, nombrado por consenso para ser el presidente.

Pese a los dos “bloques”, Tornero ataba sus propuestas antes de presentarlas a la votación del Consejo. Hasta que su acercamiento a las propuestas de los consejeros del PP, sumado a que uno de los consejeros a propuesta PSOE también pasó a votar junto a los populares, hicieron que el equilibrio de fuerzas cambiase y la derecha pasase a imponerse en las votaciones. Ese “juego a dos bandas” hizo reaccionar a los socialistas, y provocó que Tornero perdiese el apoyo tanto de los consejeros propuestos por partidos de derecha como de los propuestos por partidos de izquierda, como desveló verTele en junio. Del consenso pasó a una manera más autoritaria y despótica de gestionar, lo que hizo que los consejeros dejasen de apoyarle.

Teniendo en cuenta que sin el apoyo del Consejo las propuestas del presidente no pueden salir adelante, su labor pasaba a ser inútil. Así que este movimiento más bien político para dejar de darle apoyo y así encaminarle hacia su dimisión ha sido, en realidad, el único recurso para forzarle. Pero además de ese cambio para acercarse al PP, y su posterior “juego a dos bandas”, fuera del Consejo su gestión también ha generado polémicas que se han sumado para provocar ese rechazo de sus consejeros, y en definitiva de los partidos políticos que los proponen y confiaron en Tornero.

Una reestructuración de RTVE con polémica

El principal de ellos ha sido su forma de reestructurar RTVE. El pasado viernes, antes por tanto de que se precipitasen los hechos, el diario El Mundo destapó que Tornero había ampliado los puestos directivos de RTVE hasta los 196 cargos, más que nunca en la corporación. En concreto los cargos intermedios de subdirección han pasado de 79 a 103, creándose 24 nuevos puestos.

Entre esos nuevos directivos, cabe recordar que a mediados de diciembre en verTele informamos que RTVE convocó un concurso para un puesto de subdirección que acabó ganando Mireia Pi, la mano derecha del presidente en su empresa privada Mizar Multimedia. Además, como publicó El Mundo, un segundo colaborador estrecho de Tornero como es Luis Pastor, fue escogido también como Subdirector de estudios y transferencia del conocimiento de RTVE.

Igualmente, a los consejeros no les gustó el poder que aglutina José Juan Ruiz “Jota”, el primer nombramiento de Tornero cuando fue designado presidente. Su “mano derecha” es director del Gabinete de Presidencia, sólo reporta ante el presidente, y de forma inédita hasta la fecha en la corporación pública tiene bajo su mando 24 altos cargos, entre directores y subdirectores; con competencias en materia de Innovación, Digital, Tecnología, Audiencias, Estrategia, Planificación, Seguridad, Comunicación, Participación o las relativas al Instituto de RTVE. De facto, muchas de las decisiones del día a día de la corporación pública eran tomadas por “Jota”, José Luis Muñiz (el Director de Estudios y Medios Técnicos de RTVE) y aprobadas por Tornero, sin necesidad de pasar por el Consejo de Administración. La concentración de poder de esos tres directivos no sólo generó problemas con los consejeros, sino también con otros miembros de la alta dirección.

En un área tan crítica para una cadena pública como es la información, el Consejo de Informativos ya había denunciado las “interferencias políticas”, mientras otras fuentes de TVE consultadas por verTele denunciaron que el área de informativos también se había “repartido” políticamente, con profesionales afines a partidos (o al menos próximos a sus líneas ideológicas) situados en puestos de dirección y responsabilidad.

El órgano de representación de los periodistas de RTVE mostró su preocupación por el “engordamiento de la estructura directiva” de los informativos, al crearse nuevas subdirecciones que para el órgano de representación tenían y tienen “una difícil justificación funcional”. Ascensos que además no fueron comunicados previamente al CdI, como obligan los estatutos de RTVE. Dos de ellos fueron los de Pepa Sastre, editora del Telediario 1 en la época que acabó provocando los 'Viernes negros' y hermana de la consejera Carmen Sastre, como jefa de Planificación y Contenidos de los Servicios Informativos de TVE, la “segunda” de Esteve Crespo; y Luis Javier Alcalá, quien fuera jefe de Nacional con Gundín en esa misma época, que asumió una labor similar en el Canal 24H. En su anterior etapa, ambos recibieron informes desfavorables del Consejo de Informativos por manipulación. En respuesta, Esteve Crespo pidió que “no se estigmatice a compañeros”.

Conflictos con las direcciones de Información y Contenidos

Precisamente con la dirección de Contenidos Informativos, Tornero ha tenido distintos conflictos. En un principio designó para esa labor a Mamen del Cerro, y apenas dos semanas después se dio marcha atrás a su nombramiento entre tensiones por el “reparto político” de la cadena pública y desmintiendo al Consejo de Informativos tras una reunión. El nombramiento de Esteve Crespo logró calmar las aguas (en octubre ya analizamos los cuatro “fuegos” internos en RTVE), pero éste dimitió tras 10 meses en el cargo por motivos personales, pero también por desencuentros por decisiones que Crespo habría tenido que acatar como directivo pese a no estar de acuerdo, además de a la falta de personal y medios para realizar ideas y propuestas. A finales de abril tuvo que “recuperar” a Pep Vilar, con el que también ha habido desencuentros.

En esa misma fecha, a finales de abril, Tornero nombró como nuevo director de Contenidos Generales a José Pablo López. Un nombramiento al que se opuso en el Congreso el PP, partido que tras cambiar la ley con Ayuso en la Comunidad de Madrid se había hecho con el control de Telemadrid y le había cesado como máximo responsable pese a su buena labor al frente de la autonómica. Sustituyó a Amalia Martínez de Velasco, despedida a finales de febrero entre acusaciones cruzadas porque no le habían dejado desarrollar su trabajo. Ese mismo problema ha tenido José Pablo López, que ha tenido fuertes enfrentamientos con Tornero por no tener capacidad de acción y recibir injerencias, rumoreándose incluso su dimisión.

TVE, en su mayor crisis histórica de audiencias

Aunque una de las muchas promesas de Tornero fue impulsar un nuevo sistema de medición que no sólo se basase en las audiencias, en los audímetros, lo cierto es que ese sigue siendo el baremo para medir el rendimiento de una cadena. Él mismo dijo, en su primer cara a cara con periodistas, que “un servicio público sin audiencia no tiene sentido”. Y en ese sentido, los datos hablan: La 1 igualó su mínimo histórico mensual en agosto (8.1%) y promedia de momento el que es el año más bajo de toda su historia.

Pese a ello, TVE no tiene preparada una revolución. En su reciente presentación de temporada apenas se promocionaron novedades, y en su día a día prácticamente ninguna de sus nuevas apuestas ha funcionado en emisión -los últimos ejemplos son Te ha tocado y Mapi, y Hablando claro tampoco eleva su franja-, mientras en su prime time el inmovilismo apenas lo rompe su fortísima apuesta por Dúos increíbles (con un presupuesto de 9 millones de euros, como detalló verTele), mientras que se han cancelado formatos como Maestros de la costura, y Cuéntame sigue esperando para saber cómo será su final.

En su lugar, la gestión de Tornero ha apostado por gastos millonarios que dejan el futuro de RTVE en manos del fútbol y los grandes eventos. El Benidorm Fest quedará como la gran nota positiva de la etapa de Tornero, que además ha dado otro impulso a un éxito fijo como es Eurovisión. Por lo demás, la corporación pública ha decidido gastar millones de euros en el fútbol. El principal ejemplo es el Mundial de Qatar, que como desveló verTele adquirió la cadena con una puja cercana a los 35 millones de euros, pese a que TVE solo emitirá 19 ó 20 de los 64 partidos de la competición. Una adquisición que ha generado muchas críticas, incluso a nivel político, porque una corporación pública sobrepuje por una competición que ha sido señalada por no respetar los derechos humanos. Por si fuera poco, RTVE también se ha hecho con todos los encuentros de la selección masculina de fútbol de los próximos cuatro años, con la Eurocopa 2024, con la Eurocopa femenina 2025; las dos Eurocopas masculinas Sub-21 de 2023 y 2025; y las dos finales de la UEFA Nations League, entre otros contenidos. La corporación pública se ha negado, de momento, a desvelar cuánto ha pagado.

Labor de relaciones públicas, y promesas al aire

Mientras los resultados de TVE empeoraban y la cadena pública no planteaba un giro radical, confiándolo todo al fútbol en vez de apostar por renovar su parrilla, Pérez Tornero ha desarrollado una labor más de relaciones públicas, cerrando acuerdos y convenios con gran cantidad de instituciones y estamentos, así como creando oficinas y comisiones. Su idea era “alcanzar relevancia” como corporación pública más allá de los audímetros, sin aclarar a qué se refería.

Los virajes en su proyecto también le habían granjeado críticas internas de los profesionales de RTVE. Su anunciada “revolución” en informativos no se ha producido más que con los cambios en el Telediario 1 que adelantó verTele. También anunció que acabaría con el llamado “info-entretenimiento”, algo por lo que fue felicitado en el Congreso por el PP al confirmar que supondría el fin de Las cosas claras con Jesús Cintora. Pero el sindicato CCOO acaba de denunciar que su nuevo programa matinal Hablando claro peca precisamente de recuperarlo.

Y mientras la televisión se ve cada vez menos y los actores del sector enfocan más su negocio a las plataformas, Tornero en un principio situó a RTVE Play como eje central de su proyecto, pero más tarde sus contenidos dejaron de promocionarse y el Comité de Auditoría de RTVE abrió un procedimiento por el presunto desvío de una campaña de RTVE Play a La Gran Consulta. Esa iniciativa, una apuesta personal de Tornero con el protagonismo de la Directora de Comunicación y Participación, María Eizaguirre; tenía como finalidad realizar una consulta en la que los españoles digan qué tipo de televisión pública quieren, y así elaborar un Libro Blanco sobre RTVE que recoja las conclusiones de la encuesta y sirva de base para la elaboración del nuevo mandato marco.

Con un presupuesto de 1.046.670 euros, más otra licitación de algo más de 100.000 euros para alargarla, La Gran Consulta arrancó el 30 de agosto de 2021 y concluyó en Madrid el 7 de julio de 2022. En esos 10 meses, y tras recorrer 30 ciudades, la propia RTVE afirma que ha recibido 133.000 respuestas. La polémica provocó otra con Anna Bosch y el Consejo de Informativos, con Tornero negando todas las “injurias, falsedades y bulos” de la periodista y el órgano. Por el momento, no hay ningún informe oficial sobre los resultados de La Gran Consulta, ni se ha elaborado el Libro Blanco.

Enfrentamientos, polémicas, conflictos, fichajes cercanos y desmentidos que acabaron provocando que los consejeros de RTVE, a propuesta de los distintos partidos, terminaran por retirar su apoyo a José Manuel Pérez Tornero, forzando su dimisión como presidente de la corporación pública.

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