Crítica

'Vis a Vis' rompe sus propias reglas con un enigmático 'Oasis' que entierra (casi) todo lo conocido

'Vis a Vis' rompe sus propias reglas con un enigmático 'Oasis' que entierra todo lo conocido

Laura Pérez

Vis a Vis entierra para siempre los monos amarillos con el estreno de El Oasis, la quinta y última temporada de la serie que llega hoy a Fox España. Tras clausurar Cruz del Norte con un final cerrado y redondo en la cuarta entrega, Macarena y Zulema reviven para liderar una tanda de capítulos que nada tiene que ver con el universo carcelario que las ha hecho grandes.

Una vez vistos los dos primeros episodios de esta nueva etapa, podemos sacar una conclusión clara: es necesario enfrentarse a ella sin expectativas y con la idea, grabada a fuego, de que El Oasis no es Vis a Vis. Al menos, no el que conocíamos.

Quien encienda esta noche la televisión para ver la serie de siempre no la encontrará. Y esto no es necesariamente negativo. Esta temporada deja atrás lo que era para reinventarse como un proyecto diferente que bebe del original, pero solo en pequeños sorbos. Una ficción derivada que se ajustaría más a la definición de spin-off, pero que se aferra a su origen para darle un cierre con un epílogo extendido.

Vis a Vis: El Oasis es otro rollo, a nivel temático y a nivel formal. Donde antes había oscuridad ahora hay luz. Donde había encierro ahora hay libertad. Y donde había resignación, ahora hay ambición. La de las protagonistas, que vuelven evolucionadas, y la de la serie, que cambia su estructura para sorprender con un amasijo de líneas temporales que descoloca especialmente en el capítulo inicial, pero que termina siendo clave para su primer gran giro.

Macarena (Maggie Civantos) y Zulema (Najwa Nimri) vuelven como las dejamos en esa recordada última secuencia de Vis a Vis: atracando una joyería a punta de pistola. Esto es, 12 años después de la última vez que las vimos de amarillo en la incineración de Sole y tras un tiempo dando palos como pareja artística infalible.

Ellas, junto a la recuperada Goya (Itziar Castro), son el nexo que une El Oasis con Vis a Vis y la motivación principal que encontrarán los fans para sumergirse en este otro mundo. El resto todo es nuevo, por lo que el espectador tendrá que olvidarse del pasado y acostumbrarse a echar de menos. Porque se echa de menos a Rizos, a Saray y hasta a Sandoval. Pero la sombra de este es muy alargada y origina una gran sorpresa, probablemente la mejor de este reinicio.

No es sorpresa, pero sí una buena noticia, comprobar que Zulema es más Zulema que nunca. Capitaneada por Najwa Nimri, la que fuera antagonista marca el ritmo de una serie que se entregó a ella en ausencia de Maca, y que ahora con ambas reunidas es más líder que nunca. Sus sombras, y alguna que otra luz, nos hacen reenamorarnos de un personaje que rompió todos los esquemas.

También redescubrimos a Macarena, que vuelve a lo grande tras dos temporadas con una participación reducida. El segundo capítulo ahonda especialmente en ella, en esa nueva Maca que ya no es una mosquita muerta, pero que recuerda menos a lo que acabó convirtiéndose con la oscuridad de Cruz del Norte.

Un amasijo de líneas temporales que cuesta asimilar

Verlas juntas es el gancho de esta temporada, y quizás El Oasis no lo explota tanto como se esperaba en su carta de presentación. Tienen sus momentos, especialmente en los primeros minutos, pero se echa en falta un plus de interacción de la pareja entre tanta coralidad. Porque al igual que en las temporadas carcelarias, esta apuesta por un protagonismo repartido entre tres líneas que acaban convergiendo: la del grupo de atracadoras, la de las “víctimas” del atraco, y la del Oasis que da nombre a los capítulos.

Todas estas tramas se presentan en un primer episodio que resulta ser un amasijo de tiempos diferentes solo apto para mentes despiertas, y que cuesta asimilar en un primer visionado. Pasado, presente y futuro, todos ellos en diferentes etapas, se cruzan y alternan sin indicación ni orden aparente para ir formando el puzzle del atraco. Una idea interesante cuya ejecución no está 100% afinada en un primer capítulo presionado por tener que presentar todas las tramas, y que ya luce a lo grande en el segundo.

Entre las piezas de un puzzle siempre hay alguna principal y otra de relleno. Aquí también. La trama que mejor funciona es la del hotel, que promete ciertos tintes de terror psicológico. Por contra, la de la familia de Lamala -el narco al que asaltan-, peca de un excesivo toque culebronesco que desubica demasiado al espectador. Sin embargo, sin todas ellas es imposible completar el paisaje.

Sobre el nuevo equipo, poco que decir por ahora: a las viejas conocidas se suman una joven hacker sin pasado en prisión (Claudia Riera), una 'Judas' (Lisi Linder) y una exmilitar (Isabel Naveira), cuyas historias irán cocinándose a fuego lento a lo largo de toda la temporada.

¿Debían haber dejado morir 'Vis a Vis'?

Ahora, la pregunta es evidente: ¿Debían haber dejado morir Vis a Vis tras la 4ª temporada? Lo cierto es que la serie carcelaria ya murió, y lo hizo en un buen momento. Con su segunda vida en la televisión de pago, Globomedia y Fox saldaron la deuda que dejó la cancelación en Antena 3 con dos temporadas más que competitivas que dieron por cerrado el ciclo.

Esta 5ª temporada tiene por delante el reto de convencer a sus fans de que recuperar la serie, ahora con una historia trasladada a otro entorno, es una buena idea. El inicio puede generar dudas, sobre todo a los que esperaban ver su Vis a Vis de siempre, pero lo cierto es que este equipo se ha ganado a pulso que confiemos en que, al menos, disfrutaremos a lo grande del camino.

Lo último que queda por hacer después de tres finales “definitivos es lanzar una reflexión: siempre es mejor morir de pie. Estamos a tiempo.

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