Tamara Falcó sigue concentrando la atención mediática por su reconciliación con Íñigo Onieva y su próxima boda con el empresario el Palacio de El Rincón, que tiene la aristócrata en propiedad. Lo sorprendente es que la también colaboradora de El Hormiguero pretende vender esta finca tras el enlace, según informa Semana.
Esta información cercada a la prensa rosa, tiene sin embargo una llamativa vinculación televisiva. El Rincón es, actualmente, localización del rodaje de La Promesa, la serie diaria de La 1.
Escenario principal de la serie... y de 'La Marquesa'
Situada en Aldea del Fresno, cerca de Madrid, los espectadores de Netflix ya tuvieron la oportunidad de internarse en las estancias de esta edificación de finales del siglo XIX, pues esta aparecía con frecuencia en La marquesa, la docuserie que Falcó granó para la plataforma. Allí se rodó buena parte del contenido de este formato, y desde otoño, allí también tiene lugar parte del rodaje del serial producido por Bambú Producciones para la cadena pública.
En el caso de esta última ficción, la finca es el escenario natural principal. Además, la serie cuenta con otros dos platós de 3.000 metros cuadrados en los que se recrea el interior del palacio y la época en que se ambienta la historia. El Rincón sirve para erigir en la ficción el Palacio La Promesa, una propiedad de los Marqueses de Luján, en el 1913 que se retrata en las tramas.
Historia de El Rincón
El enclave cuenta con 30 habitaciones y más de 120 hectáreas de terreno, y ha tenido una historia muy rica: allí acudía Alfonso XIII para organizar sus cacerías de caza, así como más tarde los reyes de España. De acuerdo a la tasación que se realizó en 2012, el espacio tiene un valor de 5 millones de euros.
El marqués de Griñón, Carlos Falcó, legó en herencia a sus hijos y a su viuda, Esther Doña, este palacete, que el finado había heredado antes de su tía, Paloma Falcó. El alto coste del mantenimiento hizo que Doña, cuarta esposa del noble, alcanzase un acuerdo con Manuel Falcó para que este quedase con el usufructo de la viuda, además de la parte correspondiente a los hermanos menores, Duarta y Aldara Falcó de la Cierva.
De esta forma, Manuel y Tamara quedaban como propietarios únicos del palacio. Ya entonces los hermanos insinuaron la posibilidad de la venta: “Si aparece un comprador, encantados de vender”, dijo ella en declaraciones que recoge El Mundo.