Crítica (sin spoilers)

'Física o Química: El reencuentro' cierra como un regalo bien empaquetado que deja con ganas de más 'FoQ'

'FoQ: El reencuentro', un regalo bien empaquetado que deja con ganas de más 'Física o Química'

Laura Pérez

Atresplayer Premium estrena, en la mañana de este domingo 3 de enero, el segundo y último capítulo de FoQ: El reencuentro, la miniserie revival de Física o Química.Física o Química Un episodio que cierra de manera redonda las tramas de los exalumnos del Zurbarán que se abrieron hace una semana durante su reunión en la boda de Yoli, pero que dejará a los fans con sed de más FoQ.

Recuperar una serie que marcó una etapa importante de millones de espectadores es un riesgo que últimamente muchas cadenas, plataformas y productoras están decidiéndose a asumir. Hacerlo con solo dos capítulos es todavía más peligroso: en el peor de los casos, se mancillará el recuerdo de muchos. En el mejor, les dejará con el hype y con el lamento de no poder disfrutar de más tramas de los personajes que les han encandilado.

Es esto último lo que ocurre con FoQ: El reencuentro, un producto hecho al gusto de los fans que ha conseguido movilizarles y alterarles diez años después como los adolescentes que en su día fueron. Y aunque les deja satisfechos, también les clava una espinita por lo que pudo ser… y es probable que no sea: tener una temporada extra.

Una fantasía divertida, nostálgica y necesaria para cerrar un año complicado

Si en el primer capítulo Yoli (Andrea Duro), Cabano (Maxi Iglesias), Paula (Angy Fernández), Gorka (Adam Jezierski), David (Adrián Rodríguez), Fer (Javier Calvo), Olimpia (Ana Milán), Irene (Blanca Romero), Alma (Sandra Blázquez), Cova (Leonor Martín) y Jan (Andrés Cheung) vuelven a verse las caras una década después de dejar el colegio, demostrando que no han perdido la química, en el segundo se confirma que a veces es conveniente no hacer mucho caso a las leyes de la física para disfrutar de la fantasía. Porque eso es exactamente lo que es FoQ: El reencuentro: una fantasía divertida, nostálgica y necesaria en un año más complicado de la cuenta.

El 99% de las veces que alguien decide revivir una serie ya cerrada es de todo menos necesario. No es ese el caso de Física o Química, ya que pese al miedo inicial que muchos podían tener al conocer la noticia de su regreso, estos dos capítulos dejan un mejor sabor de boca del que se nos quedó a todos los que lloramos la muerte de Fer aquel 13 de junio de 2011.

¿Podríamos haber seguido con nuestras vidas sin estos dos nuevos capítulos? Sí. Pero posiblemente habríamos sido un poquito menos felices en la recta final de 2020 e inicial de 2021. Porque al igual que el primero, el segundo episodio de FoQ: El reencuentro hace reír y llorar a partes iguales. Y también reaviva los sentimientos que en su día despertaron todos y cada uno de los alumnos y profesores del Zurbarán que han vuelto a asomarse a nuestras pantallas, más mayores y con más problemas que antes. Igual que nosotros.

Una historia que tenía potencial para volar un poco más

¿Dará Yoli el 'sí, quiero' a Oriol? ¿Se decantará por Cabano? ¿Qué esconde realmente el novio? ¿Habrá reconciliación entre Paula y Gorka? ¿Qué pasará con Jan? ¿Se comprometerá Cova con Julio? Estas son algunas de las preguntas que dejó en el aire el primer episodio de este Reencuentro, a las que obviamente da respuesta el segundo y último de los dos encargados por Atresmedia.

Al escuchar ese “es Física o Química” final, la sensación que queda en el espectador es tan buena como incompleta. Sabor dulce, porque el viaje se disfruta (y mucho). Y también algo amargo, porque aunque todo lo que ocurre en ese último capítulo 'casa' con las expectativas que el fan podía tener, se evidencia que estas tramas y estos personajes tenían potencial para volar en un territorio más amplio que un evento para fans de solo dos capítulos.

Mientras que en el primero todo fluye rodado, en el segundo la trama se atropella por momentos dejando poco tiempo para asimilar y para que los personajes se terminen de reencontrar con un espectador que les ha echado de menos. La esencia de FoQ está presente, quizás más alocada y agitada que nunca, pero se echa en falta que roles como Olimpia, Irene, Vaquero, Berto o Julio tengan más que una participación anecdótica. Probablemente ellos no estaban en esas famosas casas rurales, pero también son Física o Química.

Más allá de esta reivindicación, poco que objetar. La vuelta de Fer es un acierto absoluto que, además de estar muy bien traída, se justifica con su protagonismo casi total en el capítulo 2. Él es el eje de este revival, que sirve como homenaje y broche a un personaje sin el que FoQ no hubiera tenido sentido. También es un buen punto la presencia (en esencia) de Ruth, esa nueva trama entre Yoli y Cabano que completa un puzzle de líos y amoríos que hace honor a la serie y esos otros guiños metatelevisivos que se coronan con un final de fiesta inesperado e inmejorable.

Con este punto ¿y final? a Física o Química, solo queda dar las gracias a Carlos Montero por crear hace 12 años un universo tan rico y rompedor, a los responsables de este revival por traerlo de vuelta y a los actores por no olvidar el principio de todo. Larga vida a FoQ

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