CRÍTICA
'Los favoritos de Midas', un thriller resultón e intrigante que pide algo más

Luis Tosar en 'Los favoritos de Midas' de Netflix

Laura Pérez

Un influyente empresario sufre un extraño chantaje: si no accede a pagar una elevada suma de dinero, los autodenominados Favoritos de Midas matarán a una persona al azar en un lugar y fecha señalados y añadirán una nueva víctima periódicamente hasta conseguir su objetivo.

Con este prometedor punto de partida se presenta al mundo Los favoritos de Midas, la nueva miniserie española de Netflix con Luis Tosar y Willy Toledo como protagonistas. Creado y escrito por Mateo Gil (Las leyendas de la termodinámica) en base a los centenarios relatos de Jack London con el mismo nombre, este thriller televisivo se propone airear las cloacas del Estado con una mirada tan atractiva como original.

El cartel, ya de entrada, invita asomarse a la serie sin muchas dudas y con expectativas altas. Y es que conseguir echar el lazo a un actor reputado y ocupado como el gallego no parece al alcance de muchos; igual que recuperar para la causa a Toledo, apartado de la ficción española desde hace una década. No obstante, estas altas expectativas son quizás su enemigo más poderoso.

Una vez vistos los seis capítulos que conforman su primera y única temporada, podemos decir que Los favoritos de Midas es un thriller resultón y relativamente adictivo que invita a reflexionar y plantearse preguntas necesarias. Sin embargo, parece que su potencial invitaba a algo más.

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Una serie con potencial para ser 'mucho más'

El visionado te deja con buen sabor de boca, pero también con algunas dudas en el aire tanto en lo que respecta a la trama como en lo relativo al planteamiento. Con una premisa tan prometedora y potente como la de esta miniserie, empezar presentando al espectador un escenario abarrotado de agentes y factores provoca que este arranque un poco perdido y se acabe desviando su punto de mira.

Los favoritos de Midas no es una serie simple ni fácil, y eso es una virtud, pero al igual que su protagonista, puede pecar en ocasiones de codicia. En un momento sale a la palestra la guerra de Siria, el tráfico de armas, el poder del periodismo y, por supuesto, los entresijos del poder. Todo, en un entorno social distópico pero no muy lejano: un Madrid en plenas revueltas ciudadanas.

Este cóctel, a la postre, permite a la ficción explorar las debilidades de unos personajes llevados al límite, pero se arriesga a que la trama que vertebra toda la historia acabe deslucida. Esa serie de extorsiones es realmente su punto más fuerte, y no aprovecha tanto como debería la oportunidad de ser una serie frenética, mucho más intensa y disfrutable para el espectador. Cabe apuntar que a partir del capítulo tres todo va mucho más rodado, pero termina enganchando más por la propia premisa y por las ansias del público de encontrar respuestas, que por los elementos narrativos que plantea.

Personajes muy bien construidos e interpretados

En esta miniserie de Netflix también hay notas puramente positivas. Lo mejor, ver a Luis Tosar y a Willy Toledo en su salsa. El primero se mete muy bien en su papel (para sorpresa de nadie), pero sí llama la atención su manera de convertir en terrenal a un Víctor Genovés acostumbrado a mirar a todos por encima del hombro. Su personaje está sometido al juicio constante de los espectadores, y parece tan inalcanzable como vulnerable según el momento.

El segundo, por su parte, convence totalmente en el papel de Conte, el Inspector de Policía al frente de la investigación principal. Tras más de una década apartado de las series nacionales, donde le habíamos visto principalmente en roles cómicos, es una buena noticia redescubrir al actor que se esconde detrás del personaje público (y polémico).

La relación entre ambos en pantalla es solvente y regala algunos de los mejores intercambios de la miniserie. No tan eficiente resulta el dúo formado por Tosar y Marta Belmonte en el personaje de Mónica, pues aunque ella sí responde con nota ante el reto, su vínculo se desarrolla de manera algo atropellada y requiere de un ejercicio de fe por parte del espectador.

En Los favoritos de Midas encontramos personajes muy bien construidos e interpretados tanto en el elenco principal como en el secundario, donde cabe destacar también los nombres de Carlos Blanco, Marta Milans y una entrañable Elena Irureta con pocos focos, pero en un gran momento profesional.

En definitiva, y aunque se queda lejos de otras ficciones recientes como La Unidad o Antidisturbios a las que prometía mirar de 'tú a tú', la nueva miniserie de Netflix es un buen entretenimiento que invita a sus espectadores a replantearse sus principios y moralidad; algo nada fácil y que no abunda en un panorama de consumo rápido y esencialmente comercial.

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